La repentina dimisión de Carlos Tavares, anunciado el domingo 1 de diciembre de 2024marca un punto de inflexión en la historia reciente de Stellantis. Mientras que las razones oficiales citan diferencias estratégicas, las dificultades encontradas por el Grupo, en particular en América del Norte, y las ambiciones a veces juzgadas poco realistas de su plan Dare Forward 2030, plantean la cuestión de la viabilidad de los objetivos fijados. ¿Supone esta marcha una oportunidad para revisar las prioridades del gigante automovilístico?
Objetivos ambiciosos en un contexto complicado
Carlos Tavares había hecho Dare Forward 2030, un audaz plan para transformar Stellantis en líder mundial de la electrificación y la movilidad sostenible. Sus principales objetivos para 2024 incluían unas ventas de 200.000 millones de euros, un margen operativo de dos dígitos, 8 % de gasto en I+D y un fuerte aumento de los vehículos eléctricos.
Sin embargo, los últimos resultados financieros han demostrado que el camino hacia estas ambiciones está lleno de escollos. Las ventas del tercer trimestre de 2024 se desplomaron 27 %, y las ventas consolidadas cayeron 20 % interanuales. Las razones aducidas incluyen interrupciones de la producción, exceso de existencias en Norteamérica y un entorno económico difícil en Europa.
Estos reveses financieros han exacerbado las tensiones internas, sobre todo ante un Consejo de Administración cada vez más escéptico sobre la estrategia de Tavares.
Desacuerdos estratégicos de fondo
El Presidente del Consejo de Administración, John Elkann, parecía insatisfecho con los resultados de ventas de Stellantis en Norteaméricauna región históricamente rentable. El descontento de concesionarios y sindicatos, unido a errores en la gestión de las existencias y a una estrategia de electrificación considerada demasiado rápida, ha creado un clima de tensión.
El Sindicato de Trabajadores del Automóvil (UAW) ha criticado abiertamente la gestión de Tavares, en particular por el retraso en la reapertura de la planta de Belvidere. Estas críticas llegaron a su punto álgido a principios de año, cuando El jefe de la UAW, Shawn Fain, calificó su trabajo de "cutre".
A esto se añaden pequeños problemas de comunicación, como con Nathalie Knight, ex directora financiera de Stellantis, que confirmó que estaba abierta a la venta de un Maseratiantes de el grupo emitió un desmentido unos días después. Nathalie Knight dejó Stellantis unos meses después.
El peso de las ambiciones de Dare Forward
El plan Dare Forward 2030 se diseñó para transformar Stellantis mediante una serie de ambiciosos objetivos, entre ellos reducir las emisiones de CO2, integrar verticalmente los componentes eléctricos, aumentar el mix de ventas de vehículos electrificados y suprimir más de 30.000 puestos de trabajo, principalmente en Europa y Norteamérica, entre 2021 y 2023... Si se han alcanzado importantes hitosEstos avances se han visto ensombrecidos por importantes retos operativos.
En Norteamérica, las ventas de modelos Jeep y RAM se resintieron, al igual que la capacidad de Stellantis para competir con los fabricantes chinos en el mercado eléctrico. En Europa, la inversión masiva en la transición a los vehículos eléctricos lastró los márgenes. La búsqueda de una rentabilidad de dos dígitos, piedra angular del plan Dare Forward, parece ahora inalcanzable en un contexto tan tenso.
¿Una oportunidad para empezar de cero?
La marcha de Carlos Tavares abre la puerta a una revisión en profundidad del plan Dare Forward. El Consejo podría optar por un enfoque más realista, centrado en adaptarse a las realidades de los mercados locales. Habrá que aliviar las tensiones con los concesionarios, los empleados y los sindicatos estadounidenses, al tiempo que podría plantearse una estrategia más comedida para mantener la competitividad en Europa frente a la ofensiva china.
Un nuevo plan Dare Forward, adaptado a la realidad económica e industrialpodría lanzarse en 2025 bajo la dirección del futuro CEO. Entre sus retos están reactivar las ventas en Norteamérica, consolidar las ganancias en el mercado europeo de vehículos eléctricos y gestionar mejor las relaciones con las partes interesadas.
El Grupo debe encontrar un equilibrio entre ambición y pragmatismo. El sucesor de Tavares tendrá la onerosa tarea de reconciliar al consejo, los empleados y los inversores en torno a un proyecto común.
Si Dare Forward 2030 se ajusta, no será una negación de la visión de Tavares, sino un reajuste necesario para afrontar un futuro incierto. Stellantis se juega mucho: no sólo se trata de dar la vuelta a las cifras, sino también de recuperar la confianza de los mercados (-45 % desde principios de año) y de los consumidores.
Gracias por la exhaustiva información. Lo que ha conseguido Tavares seguirá siendo notable en cuanto a su capacidad para llevar a cabo una fusión entre dos grupos automovilísticos. Pero las cifras eran disparatadas. Pasar de 200.000 a 300.000 millones de euros era imposible sin un planteamiento de calidad "japonesa". También lo era en el atrevimiento hacia 2030. Y eso, para mí, es una prioridad absoluta. No hay futuro para stellantis sin una buena imagen de calidad (motores, transmisiones, chasis, electrónica, software).
Lo comentaba con alguien del sector de la automoción (que nos ha dejado, mis pensamientos van para él...) llegar a los 300.000 millones a no ser que haya otra fusión con otro grupo, no veíamos como era posible....
@Alexandre: Esta es una de las opciones propuestas recientemente por C Tavares para mantenerse en la carrera contra el empuje de los jugadores chinos. Esta opción, que debía ir acompañada de una presión continua sobre los costes, los empleados y los proveedores, fue rechazada por el Consejo de Administración. El mundo del automóvil está en pleno proceso de reconfiguración y hay oportunidades: me viene a la cabeza Renault, pero más seriamente, las japonesas Nissan y Mistubishi eran probables candidatas en vista de sus persistentes dificultades...
¿Cómo acabará todo esto? Mal.
Al parecer, todo el Consejo de Administración le ha pedido que dimita. Elkann, los Peugeots e incluso el gobierno francés (a través de BPI).
¿Qué pasará después? Reventa o cierre de marcas, cierre de fábricas, escisión del grupo, la elección es suya.... Pero va a doler.