El 17 de septiembre a las 11 de la mañana, el Ministerio de Empresa y Made in Italy (MIMIT) ha convocado otra reunión para debatir el futuro de la Gigafactoría de Termoli. La actual planta de producción de motores, que pronto pasará a ser propiedad de la empresa conjunta ACC entre Stellantis, Mercedes-Benz y TotalEnergies, está en el centro de las preocupaciones del Gobierno italiano. El ministro Adolfo Urso, que presidirá la reunión, está a la espera de que se aclare la marcha del proyecto, cuyos retrasos causan cada vez más inquietud.
Una reunión de alto voltaje
La reunión del 17 de septiembre se celebrará en el Palazzo Piacentini, sede del MIMIT, y reunirá a representantes de las tres empresas del consorcio ACC, así como a los de la región de Molise y los sindicatos. El objetivo es claro: obtener respuestas precisas sobre los plazos de reconversión de la fábrica de Termoli para la producción de baterías para vehículos eléctricos y en el mantenimiento de los niveles de producción prometidos.
Esta convocatoria llega en un momento tenso, marcado por las recientes advertencias del Ministro Urso. En la reunión de Rimini, no dudó en referirse a la posibilidad de reorientar los fondos del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR) a otros proyectos en caso de que Stellantis incumpla sus compromisos en relación con la Gigafactoría de Termoli.
Las expectativas del Gobierno en materia de retrasos
El proyecto de la Gigafactoría de Termoli es estratégico para Italia, ya que forma parte de un proyecto global. Plan europeo de 7.000 millones de euros para impulsar la producción de baterías para vehículos eléctricos en Europa. Con una inversión de 400 millones de euros para Italia, respaldada por una garantía estatal proporcionada por SACE, no cabe duda de la importancia de este proyecto. Sin embargo, los retrasos acumulados por Stellantis y sus socios son motivo de preocupación.
Adolfo Urso fue muy claro en sus declaraciones: el gobierno ha cumplido su parte del contrato, pero ahora Stellantis debe cumplir sus promesas. En la reunión de Rímini, el Ministro expresó su decepción por la falta de avances y subrayó que el futuro del emplazamiento de Termoli depende de la capacidad de Stellantis para cumplir sus compromisos. El Gobierno está dispuesto a tomar medidas drásticas si es necesario, incluida la reasignación de fondos del PNRR.
¿Hacia la reanudación del diálogo?
A pesar de la tensión, parece que Stellantis está dispuesta a reabrir el diálogo. En la última mesa redonda sobre automoción organizada por MIMIT en agosto, los representantes del grupo han manifestado su disposición a reanudar las conversaciones tras las vacaciones de verano. Giuseppe Manca y Daniela Poggio, representantes de Stellantis, declararon que el grupo estaba dispuesto a reevaluar el plan industrial, teniendo en cuenta las nuevas realidades del mercado y las políticas europeas de transición energética.
Sin embargo, la pregunta sigue en el aire: ¿bastará este diálogo para disipar las preocupaciones del Gobierno y los sindicatos? Estos últimos ya han expresado su inquietud, temiendo por el futuro de los miles de trabajadores que dependen de la industria automovilística en Italia. La reunión del 17 de septiembre podría ser decisiva para el futuro de la Gigafactoría de Termoli y, por extensión, para todo el sector automovilístico italiano.