
Hace un año, Stellantis y CATL formalizaron una asociación estratégica destinada a cambiar el equilibrio industrial de Europa: la construcción de una gigantesca fábrica de baterías LFP en Zaragozaen España. En aquel momento, diciembre de 2024, las líneas maestras del proyecto ya eran impresionantes: más de 4.000 millones de euros de inversión, tecnología de baterías más barata y la promesa de hacer más accesibles los vehículos eléctricos. Hoy, la obra entra en una nueva fase espectacular: unos 2.000 trabajadores chinos llegarán a Aragón para ayudar a construir la Gigafactoría. Y en el pequeño pueblo de Figueruelas, de apenas 1.000 habitantes, la gente se prepara para una agitación sin precedentes. Los habitantes resumen el ambiente en pocas palabras: "Están bienvenidos".
Figueruelas, un pueblo de 1.000 habitantes a punto de triplicar su población

El proyecto Stellantis-CATL no es una obra cualquiera. La nueva fábrica, situada justo al lado de la histórica fábrica de automóviles de Zaragoza, producirá hasta un millón de baterías al año de aquí a 2028, con una capacidad final prevista de 50 GWh. Para lograrlo, CATL ha decidido enviar un ejército de técnicos e ingenieros chinos, porque, como explica un responsable industrial local, "nosotros no dominamos esta tecnología, ellos nos llevan años de ventaja".
Los primeros directivos chinos ya están en las instalaciones. En las próximas semanas llegarán cientos más, y a finales de 2026 habrá casi 2.000 empleados. Su presencia acelerará la construcción de una planta que aún necesita contratar y formar a 3.000 empleados españoles en una región donde el sector del automóvil ya es un puntal económico.
Para Figueruelas, la metamorfosis ya ha comenzado. Bares, inmobiliarias y propietarios viven una efervescencia inusitada. "Estamos inundados de peticiones", dice un agente inmobiliario de Zaragoza. Se venden terrenos, surgen proyectos de viviendas y los residentes, sorprendidos al principio, ven ahora la llegada de trabajadores chinos como una oportunidad económica poco frecuente.
Recordatorio: por qué España ganó a Francia, Italia y Alemania

Cuando Stellantis y CATL formalizaron su asociación, surgió de inmediato una pregunta: ¿por qué instalar una planta de este tipo en España y no en uno de los tres gigantes históricos de la industria automovilística europea?
En primer lugar, la planta de Stellantis en Zaragoza es una de las más eficientes de Europa, un argumento decisivo para CATL. La región ofrece también una gran ventaja logística: los futuros Peugeot e-208, e-2008 y otros modelos STLA Small se producirán en las proximidades, lo que reducirá drásticamente los costes de transporte de las baterías. En segundo lugar, los costes laborales son más competitivos, lo que resulta esencial para producir baterías LFP destinadas a vehículos eléctricos asequibles. Por último, Aragón cuenta con una ventaja de la que pocas regiones europeas pueden presumir: 89 % de su energía es renovable, un factor clave para el grupo chino CATL. A estos factores se añade un elemento más diplomático: las excelentes relaciones entre España y China, especialmente en la región aragonesa, han simplificado los trámites administrativos, incluidos los permisos de trabajo para los 2.000 técnicos que deben llegar.
Un punto de inflexión para Stellantis: los proyectos de la ACC se tambalean
Esta aceleración se produce en un momento en que los proyectos de fábricas de baterías de ACC en Alemania e Italia están prácticamente paralizados. Termoli, que iba a ser uno de los principales emplazamientos de la industria europea de baterías, parece que va a cancelarse por completo. Stellantis había previsto este riesgo. Al centrarse en una estrategia de "doble química", combinando baterías NMC de gama alta con baterías LFP de bajo coste, el Grupo ha asegurado su suministro con CATL en un momento en que la industria europea pierde visibilidad. Con la planta española, Stellantis aumenta su independencia al tiempo que refuerza su competitividad en los segmentos B y C, llamados a democratizar el coche eléctrico.
Una región en auge... ¿a la espera de BYD?

La inversión Stellantis-CATL podría ser sólo el primer paso de una oleada de operaciones chinas en España. El Gobierno está trabajando activamente para atraer a BYD, que tiene previsto anunciar el emplazamiento de su futura megaplanta europea a finales de año. Si el grupo se decidiera por España, el ecosistema automovilístico que se está formando en torno a Zaragoza podría convertirse en un actor clave de la cadena de valor del vehículo eléctrico en Europa. En Figueruelas, en cualquier caso, los preparativos ya están en marcha. Antiguos trabajadores de la fábrica de Opel, comerciantes y concejales ven en esta llegada masiva un renacimiento industrial. Algunos recuerdan los años 80, cuando General Motors llegó para producir el Corsa. Hoy empieza una nueva era. Y cuando se pregunta a los lugareños qué piensan de los miles de trabajadores chinos que están a punto de llegar, la respuesta es en todas partes, sencilla, directa y cálida: "Son bienvenidos".
Bravo Elkhann, sigue invirtiendo en el extranjero, ¡mientras la industria automovilística italiana, antaño una joya nacional, agoniza!
En mi opinión, dadas las dificultades de la fábrica de baterías ACC en Francia, puede ser la mejor decisión del grupo importar a España el know-how chino en baterías CATL.
Es un día triste para la industria automovilística europea que se haya llegado a esto, pero una vez más, gracias Carlos Tavares.