
Las pruebas son claras: la producción de Stellantis en Italia se hunde. Según las cifras publicadas por el sindicato FIM-CISL, el grupo produjo 265.490 vehículos en el tercer trimestre de 2025, lo que supone una caída de 31,5 % con respecto al mismo periodo del año anterior. Esta situación es considerada "dramática" por el sindicato, que apunta a una profunda crisis industrial que afecta a todas las plantas italianas del grupo.
2025 peor que 2024
Si 2024 ya se había descrito como un año difícil, 2025 se presenta aún más sombrío. En los nueve primeros meses, Stellantis produjo 151.430 turismos (-36,3 1T3) y 114.060 vehículos comerciales (-23,9 1T3). A este ritmo, el año debería terminar con unas 310.000 unidades, un tercio menos que los ya bajos volúmenes de 2024. Casi la mitad de los empleados del Grupo en Italia están actualmente afectados por regímenes de jornada reducida.
Mirafiori: el Fiat 500 eléctrico se queda sin motor

El histórico centro de Mirafiori, en Turín, ilustra la situación: entre enero y septiembre sólo se produjeron 18.450 vehículos, lo que supone un descenso de 17 %. Entre ellos, 18.315 Fiat 500 eléctricos, un modelo al que le cuesta encontrar adeptos, y sólo 140 Maserati (el Grancabrio y el Granturismo siguen produciéndose allí).
El lanzamiento del Fiat 500 híbrido, previsto para noviembre de 2025, podría dar un impulso parcial a la producción, con un ambicioso objetivo de 100.000 unidades anuales a partir de 2026.
Maserati en crisis en Módena

En Módena, donde se construye el Maserati MC20, y próximamente el GranTurismo y el GranCabrio, la situación es aún más crítica: sólo se han producido 75 coches en nueve meses, una asombrosa caída de 65 %. Las líneas de producción funcionan a medio gas, a pesar de la anunciada llegada del GranTurismo y el GranCabrio, transferidos desde Turín (Mirafiori).
Cassino: Giulia, Stelvio y Grecale en rojo

La planta de Cassino, sede de los Alfa Romeo Giulia y Stelvio y del SUV Maserati Grecale, registró una caída del 28,3 %, con sólo 14.135 vehículos producidos. La situación se ve agravada por el retraso en el lanzamiento de las nuevas generaciones de Giulia y Stelvio, previstas inicialmente para finales de 2025 sobre la plataforma STLA Large. "Sin un calendario claro, se instalará la incertidumbre", advierte el sindicato, que pide garantías de empleo.
Pomigliano: el Panda aguanta, pero el Tonale se hunde

El centro de Pomigliano d'Arco, cerca de Nápoles, sigue siendo el más productivo del país, con 91.920 vehículos, es decir, 60 % de la producción nacional. Pero también en este caso la tendencia es negativa: -35 % con respecto a 2024. El Fiat Panda resistió con 79.000 unidades (-29 %), pero el Tonale se desplomó a 7.930 unidades (-41 %) y el Dodge Hornet a sólo 1.360 unidades (-90 %).
La planta se está ralentizando, con varias decenas de días de jornada reducida. Se esperan dos nuevos modelos compactos basados en la plataforma STLA Small para 2028, pero los sindicatos piden que se adelante este calendario.
Melfi: un descenso a los infiernos

En Melfi, antaño uno de los buques insignia de Fiat, la producción se ha reducido a la mitad, hasta 26.850 vehículos. El Jeep Compass y el Renegade representan el grueso de la producción, aunque con un descenso de 39 %. Sólo el DS8 acaba de lanzarse, mientras esperamos el Compass híbrido a finales de 2025 y el Lancia Gamma en 2026. La FIM-CISL se congratula de la incorporación de versiones híbridas a varios modelos inicialmente previstos como 100 % eléctricos, ya que considera que es "vital para el empleo ante la debilidad de la demanda de coches eléctricos".
Atessa: el peso pesado de los vehículos industriales
Por último, Atessa, que produce las furgonetas Fiat Ducato, Peugeot Boxer, Citroën Jumper, Opel Movano y Toyota Proace Max, registró 114.060 unidades (-23,9 %). La planta sigue siendo estratégica para Stellantis, que prepara la electrificación completa de la gama para 2027.
Termoli: sigue siendo motivo de gran preocupación

La decisión de suspender la gigafactoría de Termoli, que debe producir baterías para futuros modelos eléctricos, preocupa mucho a los sindicatos. Están en peligro casi 1.800 puestos de trabajo. Para compensar, Stellantis promete la producción de la nueva caja de cambios eDCT a partir de 2026, pero esto no basta para garantizar el futuro del emplazamiento, ya que ocuparía entre 250 y 300 puestos de trabajo.
Una reunión muy esperada con el nuevo Director General
El 20 de octubre de 2025, los sindicatos se reunirán por primera vez en Turín con el nuevo Director General Antonio Filosa. Para FIM-CISL, se trata de una reunión decisiva: el objetivo es redefinir una estrategia industrial clara para cada planta italiana, tras la marcha de Carlos Tavares y las promesas del plan Dare Forward 2030.
El sindicato también pide al Gobierno italiano y a la Unión Europea que tomen medidas: "Sin un plan industrial europeo respaldado por un auténtico fondo común, la transición ecológica corre el riesgo de ser socialmente insostenible.


¿Todas las señales están en rojo y nadie va a encontrar a Carlos para pedirle cuentas?
Tavares seguirá siendo una vergüenza para la industria automovilística italiana, un sepulturero.
Se cometieron errores, no se renovaron gamas y se creyó falsamente que los coches eléctricos se venderían como rosquillas, como demuestra el Fiat500e, que no estaba previsto como híbrido desde hacía años, y una gama Abarth exclusivamente eléctrica, los nuevos Giulia y Stelvio, que también estaban planeados para ser exclusivamente eléctricos (de ahí el retraso de más de 2 años en sacar motores híbridos), el fracaso del Maserati Folgore, una gama Fiat famélica en Europa, modelos de Alfa Romeo que no se renovaron como el Giulietta, etc....
Si Stellantis hubiera querido hacer desaparecer los coches italianos, no lo habría hecho de otra manera.
Fiat, abandono del Punto, abandono del 500 de combustión, escasa gama, etc.; Alfa Romeo, Giulia y Stelvio sin hibridar y abandonados, MiTo y Giulietta sin renovar, ausencia del segmento E, etc.; Maserati, error estratégico al querer apostarlo todo a los eléctricos en detrimento de los motores de combustión y los híbridos; Abarth, nadie quiere eléctricos; y Lancia, mejor ni hablar porque es un vacío total. Si a esto añadimos que Stellantis ha favorecido los motores PSA en detrimento de los del grupo Fiat, no debería sorprendernos el catastrófico estado de la industria automovilística italiana.