
Pensó que simplemente estaba enseñando su nuevo coche. Unos segundos después, despertó a toda una generación de entusiastas. Alfa Romeo. En Instagram, la cuenta bob_test_driver publicó un vídeo que se hizo viral en pocos días: más de 12.000 me gusta, casi 300.000 visualizaciones y un comentario que resume perfectamente la escena: "¡Casi cometo un error! Menos mal que mi hijo me recordó la pepita que tengo en el garaje". Detrás de esta frase casi inocua se esconde un cara a cara tan simbólico como provocador entre dos Alfa Romeo separados por veinte años de historia... pero unidos por el mismo logotipo.
Un Junior Veloce para empezar la provocación
El vídeo comienza con un Alfa Romeo Junior Veloce, la versión más radical del nuevo B-SUV de la marca. Un modelo 100 % eléctrico, aquí prestado para una prueba de conducción. Bajo el capó, o más bien bajo el suelo, se esconde un motor eléctrico de 280 CV, suficiente para permitir al pequeño SUV italiano acelerar de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos, con una velocidad máxima superior a los 200 km/h. Sobre el papel, el Junior Veloce es impresionante: un Alfa Romeo de su tiempo, diseñado para atraer a una nueva clientela y responder a las limitaciones actuales del mercado. Pero el vídeo no se detiene ahí. Y es precisamente en este punto donde todo cambia.
El garaje se abre y aparece la leyenda
Después de indicarle el camino a Junior, Bob_Test_Driver se dirige a su garaje. La puerta se abre. El sonido cambia. Radicalmente. Ante la cámara aparece un Alfa Romeo 147 GTA, considerado por muchos el Santo Grial moderno de la marca. Bajo su capó, nada de electrónica omnipresente, sino el legendario motor Busso V6 en su versión definitiva de 3,2 litros. Un motor atmosférico de 250 CV, famoso tanto por sus prestaciones como por su legendario sonido. Un motor que ha marcado para siempre la historia de Alfa Romeo... y la de sus apasionados. El contraste es sorprendente. Por un lado, el silencio casi clínico del coche eléctrico. Por el otro, el rugido de un V6 sin filtrar.

Dos Alfa Romeo, dos filosofías
El 147 GTA, lanzado a principios de la década de 2000, era de todo menos razonable. Con sus 250 CV, alcanzaba los 246 km/h y aceleraba de 0 a 100 km/h en 6,2 segundos, todo ello con una caja de cambios manual. El consumo de combustible superaba los 12 litros a los 100 kilómetros. Pero sus compradores lo sabían. Y no les importaba.


Junior Veloce encarna una visión diferente de las prestaciones. Más rápido de 0 a 100, más eficiente, mucho más avanzado tecnológicamente, pero también más suave, más silencioso, más acorde con los estándares actuales. Dos épocas, dos formas de concebir el deportivo, bajo la misma insignia. El vídeo no hace distinciones. No trata de decir cuál es mejor. Simplemente muestra lo que cada generación proyecta sobre Alfa Romeo.
Hay una razón por la que este post de Instagram tuvo tanto éxito. No es un alegato contra la electricidad ni un rechazo del pasado. Es un momento de la vida, compartido con humor y autoburla. Un padre, un coche moderno, un hijo que le recuerda que ya tiene un tesoro en su garaje.
El problema es que uno es en realidad un Peugeot (lo mismo ocurre con el 208 GTI y el Mocca).
En definitiva, el 147 es un auténtico Alfa 😁 lo es.
Ambos están bien, pero datan de épocas diferentes.
1,2 l con el 147 GTA, necesitas tener el pie muy ligero, porque es más bien un mínimo de 13 l - 13,5 l.
El Junior Veloce es afilado y potente, mientras que el 147 es un veterano, lo que significa que tiene sus cualidades y sus defectos, con un motor V6 que es una joya.