
La noticia saltó anoche a través de Milano Finanza, y sonó como un trueno en la industria italiana del automóvil: Automotive Cells Company (ACC), la empresa conjunta entre StellantisTotalEnergies y Mercedes, estaría a punto de abandonar definitivamente la gigafactoría prevista en Termoli, en la región de Molise. Una perspectiva confirmada meses después, las preocupaciones que planteábamos sobre el futuro de la planta.
Abandono del proyecto Termoli: confirmación casi oficial
Según la información recabada por Milano Finanza, ACC está prácticamente decidida.
¿Cuáles son las razones? Dificultades técnicas, deficiencias financieras, una estrategia perdedora y grandes retrasos en la puesta en marcha del centro piloto de Douvrin (Francia).
La planta francesa, operativa desde 2024, sufre unas tasas de desguace de 15 a 20 %, una producción limitada a 15.000-20.000 paquetes en el último cuatrimestre de 2025 y unos costes de 20 a 25 % superiores a los de los competidores asiáticos. Una ecuación industrial insostenible.
A estos obstáculos hay que añadir un cambio tecnológico: ACC sigue apostando por las baterías NMC (níquel-manganeso-cobalto), mientras que Stellantis prefiere ahora acelerar con la tecnología LFP, más sencilla, más robusta y, sobre todo, 20 % menos cara, gracias a su nueva alianza con el gigante chino CATL. En consecuencia, Zaragoza (España) avanza, mientras que Termoli (Italia) retrocede.
En España ya se está construyendo la gigafactoría Stellantis-CATL
Mientras Termoli se estanca, la futura planta de LFP en Zaragoza avanza a toda velocidad:
- el Gobierno de Aragón ha dado luz verde a las obras;
- ya se ha comprometido una inversión inicial de 43 millones de euros;
- La primera piedra se colocará a finales de noviembre de 2025;
- La inversión total superará los 4.100 millones de euros ;
- y, con el tiempo, la planta podrá producir un millón de baterías LFP al año, creando 3.000 empleos directos.
Termoli: una planta histórica con un futuro cada vez más incierto
Para Termoli, este último episodio no hace sino confirmar una tendencia iniciada hace más de un año: la transición a los vehículos eléctricos probablemente no tendrá lugar en Molise. En nuestro artículo de mayo de 2025, ya señalábamos que :
- la línea de motores FIRE 16V estaba siendo desmantelada;
- La producción de motores GSE (FireFly) estaba muy por debajo de su capacidad;
- La producción del GME (2.0 turbo) parecía que iba a trasladarse parcialmente a Estados Unidos;
- El único proyecto que sigue en pie es el de la caja de cambios eDCT, cuyo lanzamiento está previsto para 2026, con unos 300 puestos de trabajo.
Desde entonces, la situación no ha mejorado realmente. Los sindicatos han dado la voz de alarma, con una manifestación prevista para el 29 de noviembre. Denuncian una "desconexión progresiva" y consideran que las inversiones previstas para el eDCT son ampliamente insuficientes para compensar la falta de una gran visión industrial.
¿Qué escenarios para el futuro de Termoli?
Si se abandona la gigafactoría ACC, surgen varias hipótesis creíbles para el periodo 2026-2030. En primer lugar, la producción de la caja de cambios automática eDCT. Ya confirmada, será uno de los pilares industriales del emplazamiento. Fiable, demandada, esencial en los modelos híbridos Stellantis: es una apuesta segura.
En segundo lugar, el regreso del GME en versión híbrida. Con la llegada, a partir de 2027, de nuevos modelos de gama alta sobre la plataforma STLA Large (Alfa Romeo, Maserati, Jeep), Stellantis necesitará un motor de combustión de altas prestaciones para los híbridos de altas prestaciones. El sitio nuevo Hurricane 4 Turbouna evolución del GME 2.0L, podría cumplir perfectamente esta función, acoplado a un sistema híbrido.
El motor GSE también continuará su carrera en el Alfa Romeo Tonale MHEV y PHEV, así como en el Fiat 500 híbrido, que tiene un objetivo de producción de 100.000 unidades al año (y, por tanto, de 100.000 motores al año).
Por último, más simbólico pero estratégico: el Nettuno V6. Este motor excepcional, utilizado en el MC20 y en otros Maserati, representaría un nicho de producción, pero que permitiría mantener el saber hacer en Italia. Además, este motor se ofrecerá pronto en versión híbrida y, por qué no, se utilizará en los futuros modelos Quadrifoglio de Alfa Romeo.
Por tanto, el abandono del proyecto ACC no es solo una mala noticia para la economía local: también marca el fin de una ilusión, la ilusión de que Italia podría albergar rápidamente una gigafactoría que fuera competitiva con los actores asiáticos. Los sindicatos harán oír su voz el 29 de noviembre. Queda por ver si Roma, Stellantis y ACC ofrecerán finalmente una visión clara para una de las plantas automovilísticas más simbólicas de Italia.
Ya existe un exceso de capacidad mundial en la producción de baterías, y abrir otra está abocada al fracaso, a menos que los gobiernos estén dispuestos a apoyar sectores estratégicos, como está haciendo Corea del Sur. Estrictamente desde el punto de vista de la rentabilidad, la planta de Douvrin tampoco tiene sentido, salvo que si seguimos por este camino, los grupos europeos no serán más que cascarones vacíos.
¿No estaba esto ya planeado durante la era Tavares? El equipo de Kaiserslautern también tendría que desaparecer.