
El temido escenario se hace realidad en Termoli. Tras meses de señales débiles y advertencias sindicales ignoradas, Stellantis entra en una nueva fase de reducción de plantilla: despidos voluntarios. Objetivo: reducir la plantilla en unos 200 empleados en un centro que ya atravesaba graves dificultades.
Un mecanismo para ayudar a las personas a llegar al final de sus carreras
Según la información publicada por el medio de comunicación local "Termoli Online", Stellantis está preparando un programa de jubilación anticipada para empleados próximos a la jubilación. Un método ya utilizado en el pasado en otras plantas del Grupo. El principio es sencillo: se ofrece una puerta de entrada a la jubilación a los empleados que cumplan determinadas condiciones de edad, con un pago único y varias mensualidades adicionales. El objetivo es garantizar una transición económica suave a quienes acepten abandonar el barco antes de tiempo.
De momento, aún no se ha confirmado la cifra de 200 salidas, pero la estrategia está clara: Stellantis prefiere evitar los despidos directos centrándose en la erosión gradual de la plantilla. Una táctica que no disimula la ausencia de perspectivas concretas a corto plazo para la planta de Termoli.
Una fábrica vaciada... incluso antes de su reconversión
Este plan de despidos encubierto se produce en un contexto de desvinculación visible. La línea de motores FIRE se ha interrumpido, el Nettuno V6 y el GME 2.0L están en el disparadero, y la producción se reduce mes a mes. El proyecto de gigafactoría, que supuestamente daría nueva vida al emplazamiento, se ha aplazado de nuevo hasta finales de 2025, sin ninguna certeza. Incluso John Elkann, Presidente de Stellantis, ha admitido que el proyecto se ha vuelto "muy difícil" de llevar a cabo debido a los elevados costes de la energía.
Los sindicatos denuncian una política de renuncia
Los sindicatos rugen de rabia desde hace semanas. FIM CISL habla de una "desvinculación silenciosa", pieza a pieza. Ya en abril, Gianluca Falcone (FIOM Molise) habló de un desmantelamiento gradual, visible en las sucesivas salidas de equipos y líneas de producción. Los 370 millones de euros prometidos por la región de Molise para el proyecto ACC han desaparecido, mientras España se embolsa 4.000 millones de euros en inversiones para sus propias gigafactorías.
La nueva línea de producción de transmisiones eDCT de Termoli sólo dará empleo a unas 300 personas, y no hasta 2026. Mientras tanto, más de 1.500 empleados carecen de visibilidad, pendientes de vagas promesas y perspectivas constantemente aplazadas.
Con estos despidos forzosos, Stellantis entra en una nueva fase de lo que los sindicatos califican de agonía industrial. Termoli, cuna de varias generaciones de motores Fiat, pierde poco a poco su alma, sin que las instituciones reaccionen de forma significativa.