Stellantis sobre las investigaciones de las emisiones de CO2: "Es posible que dañen nuestra reputación".

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Coincidiendo con la presentación de sus resultados financieros del primer semestre de 2025, Stellantis ha publicado un informe informativo. Además de las cifras, este documento, que puede consultarse públicamente (página 62), levanta el velo sobre investigaciones sensibles que afectan directamente al grupo automovilístico: las relativas a las emisiones contaminantes de determinados motores diésel. En su informe, Stellantis reconoce que estos procedimientos podrían acabar repercutiendo en su imagen pública: "Es posible que estos casos y su resolución perjudiquen nuestra reputación entre los consumidores, lo que podría afectar a la demanda de nuestros vehículos.

Acciones colectivas en varios países

El grupo afirma que se enfrenta a una serie de acciones legales. En los Países Bajos, antiguas entidades de FCA y PSA, así como distribuidores locales, son objeto de varias demandas colectivas dirigidas por fundaciones holandesas. Los consumidores exigen compensaciones económicas e incluso la recompra de vehículos por el supuesto incumplimiento de las normas de emisiones en determinados modelos diésel.
Otros procedimientos similares están en curso en Portugal (antiguos vehículos de FCA), el Reino Unido (antiguos vehículos de FCA y PSA) e Israel (antiguos vehículos de PSA). En Alemania siguen pendientes unas 2.600 denuncias individuales, además de unos sesenta casos en Austria.

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Stellantis subraya que el resultado de estos litigios privados es imposible de predecir. Los daños potenciales podrían pesar sobre la salud financiera del Grupo, con un impacto significativo no sólo en los resultados, sino también en la imagen de marca.

Investigaciones penales y civiles en Europa

El informe también confirma que Stellantis es objeto de investigaciones penales y civiles en varias jurisdicciones europeas.

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En Francia, el caso se remonta a 2016-2017, cuando los tribunales abrieron una investigación contra varios fabricantes. En junio de 2021, Peugeot y Citroën fueron investigadas por presunto fraude en la venta de motores diésel Euro 5 (2009-2015). Un mes después, FCA Italia (ahora Stellantis Europe) también fue puesta bajo investigación por sospechas similares en relación con vehículos Euro 6 vendidos entre 2014 y 2017.

Estos procedimientos, acompañados de fianzas y garantías financieras, aún no han concluido, pero el fiscal ha solicitado que las marcas en cuestión sean remitidas al tribunal penal por fraude al consumidor. La decisión final corresponde ahora al juez de instrucción.

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En Alemania, la autoridad federal KBA notificó a Stellantis en 2023 la apertura de una investigación sobre determinados vehículos de Opel, Fiat, Alfa Romeo y Jeep equipados con motores Euro 5 y Euro 6. El asunto se aceleró en enero de 2024, cuando la KBA dictaminó que los motores Euro 5 de Opel no cumplían la normativa. El asunto se aceleró en enero de 2024, cuando la KBA dictaminó que los motores Euro 5 de Opel no cumplían la normativa. Stellantis tuvo que proponer un plan de cumplimiento y sigue cooperando, aunque impugna algunas decisiones. El grupo reconoce, no obstante, que los costes de una posible retirada masiva podrían ser "significativos", sobre todo porque alimentarían otros litigios privados.

En Italia, ya en 2019, el Ministerio de Transporte alertó a FCA de irregularidades en algunos modelos Jeep Grand Cherokee Euro 5 y en un motor Euro 6 suministrado a otro fabricante. Tras las conversaciones, FCA propuso actualizaciones de software que fueron validadas por las autoridades neerlandesas, dando por zanjado el asunto.

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Otras investigaciones realizadas en 2020 en Alemania, Italia y Reino Unido dieron lugar a registros. Algunos procedimientos fueron sobreseídos, pero en marzo de 2025, la fiscalía de Fráncfort multó a Stellantis Europe y a algunas filiales por "incumplimiento negligente de las obligaciones de supervisión". No se constató fraude intencionado.

Por último, en enero de 2024, la Comisión Europea cuestionó el Fiat Ducato Euro 5 y Euro 6 tras unas pruebas independientes. También en este caso, Stellantis afirma estar trabajando con las autoridades para encontrar una solución.

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Incertidumbre con consecuencias de largo alcance

El Grupo subraya la incertidumbre que rodea a estos casos. Ni las posibles multas ni el coste de las retiradas pueden estimarse con exactitud. Pero Stellantis admite que las consecuencias financieras y, sobre todo, de reputación podrían ser graves: "Estos casos, y su resolución, podrían tener un efecto material adverso en nuestro negocio y resultados."

Un aviso de que el fantasma del Dieselgate sigue acechando a la industria. Desencadenada en 2015 por el escándalo Volkswagen, la oleada de investigaciones y demandas relacionadas con las emisiones no ha dejado de extenderse, afectando ahora a casi todos los grandes grupos automovilísticos.

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