
Algunos encuentros automovilísticos parecen casi irreales, y éste es uno de ellos. En Las Vegas, en el cruce del Encore Resort Blvd con el legendario Las Vegas Blvd, un resplandor azul intenso se coló entre las palmeras y las luces de neón: el Pagani Zonda Arrivederci, el último Zonda jamás construido, un ejemplar único cuya aparición pública es tan rara como una alineación de los planetas. Es un momento que nadie esperaba, dado que el coche suele vivir fuera de la vista bajo el cuidado de su propietario, el famoso coleccionista Kris Singh.
El canto del cisne del Zonda
Detrás de este nombre, que significa "adiós" en italiano, se esconde mucho más que un simple ejercicio de estilo. Arrivederci es oficialmente el último Pagani Zonda totalmente ensamblado, el chasis n°140, el final de una aventura que comenzó en 1999 y que estuvo marcada por una multitud de series "finales" que los apasionados siempre acogieron con indulgencia. Pero esta vez Pagani asegura que realmente es el último. Presentado en primicia en la Monterey Car Week y exhibido en el Concurso de Elegancia de Pebble Beach en 2024, el Zonda Arrivederci pronto se convirtió en una leyenda.
El Zonda Arrivederci es una mezcla de todo lo que Pagani hace mejor, pero también de todo lo que la marca nunca se ha atrevido a hacer antes. Su carrocería está hecha de Alutex, un compuesto de aluminio y fibra de vidrio utilizado exclusivamente para este modelo, revestido a mano con la librea Blu Danubio.

Este Zonda también se distingue por un sutil juego de carbono visto, plateado en la mayor parte de la carrocería, negro en la parte inferior, realzado por ribetes azules y rojos que recuerdan la librea de Martini Racing. Todo el efecto realza una silueta que nunca ha envejecido, al contrario, parece casi más moderna hoy que cuando nació.
Una mezcla del más bello Zonda
Como suele ocurrir con Pagani, el Arrivederci se inspira en la herencia de la familia Zonda a la vez que la reinventa. Su original alerón, inspirado en el Zonda JC, adopta una arquitectura de dos niveles soportados por brazos alargados. Las tomas de aire delanteras recuerdan a las del Barchetta, mientras que las traseras recuerdan a las del primer Zonda C12, al tiempo que varios elementos aerodinámicos se han tomado prestados de la serie 760. Los pilotos traseros se inspiran en los del Zonda R. Las llantas a medida combinan una arquitectura similar a la del Huayra BC con seis llantas de radios dobles pintadas en azul oscuro. Todo en este coche destila exclusividad y personalización absoluta.


A bordo, el Arrivederci tiene una personalidad radicalmente diferente pero igualmente espectacular. Todo el habitáculo está vestido de cuero rojo brillante, una referencia directa a otro Pagani de la colección de Kris Singh: el Huayra 'La Monza Lisa'. El volante de madera, desprovisto de botones e incluso de airbags, es casi vintage.

Bajo este espectacular exterior se esconde uno de los últimos monumentos mecánicos de una época pasada: un V12 AMG de 7,3 litros de aspiración natural, aquí en su configuración más avanzada. Oficialmente, el Arrivederci desarrolla 760 CV, como el Zonda 760, pero algunas fuentes hablan incluso de una versión con 800 CV, idéntica a la del Zonda Barchetta. La caja de cambios manual de seis velocidades completa la filosofía de la vieja escuela que caracteriza al Zonda actual. Las prestaciones siguen siendo impresionantes: de 0 a 100 km/h en unos 3 segundos, una velocidad máxima superior a 350 km/h, y todo ello... ¡sin techo!

¿Un Zonda realmente definitivo?

El hecho de que este coche fuera visto en Las Vegas añade un toque más de surrealismo a la historia, y probablemente tenga relación con la reunión de 40 coches Pagani a principios de noviembre. Un Zonda único, nunca visto en la carretera, mantenido a cubierto durante mucho tiempo, presentado de repente en la capital mundial del espectáculo. Una aparición casi sigilosa, pero suficiente para incendiar las redes sociales.
La pregunta está en boca de todos: ¿es realmente este Arrivederci el último Zonda? Pagani afirma que sí, como ya lo había hecho con el Barchetta... y luego con la serie 760. Sin embargo, la presencia del chasis nº 140 confiere un peso especial a esta afirmación. Y aunque la historia ha demostrado que nunca se debe jurar nada en Pagani, todo nos lleva a creer que este ejemplar único marca efectivamente la conclusión de un capítulo excepcional de la historia del automóvil.