
¿Retirada de existencias o último intento de seducción? Maserati acaba de lanzar una espectacular campaña promocional en Estados Unidos: hasta 50.000 dólares de descuento en sus 100 modelos eléctricos %, el GranTurismo Folgore, el GranCabrio Folgore y el SUV Grecale Folgore. Se trata de una oferta sin precedentes para una marca italiana que durante mucho tiempo ha sido sinónimo de exclusividad, pero que ahora se enfrenta a una realidad mucho más brutal: los Maserati eléctricos no se venden.
Una marca en crisis, las existencias se acumulan
Las cifras son indiscutibles. En los nueve primeros meses de 2025Maserati vendió sólo 5.900 coches en todo el mundo, una caída de 30 % en comparación con 2024. Y el mercado estadounidense, históricamente el más importante para la marca, se desplomó: -37 % con sólo 2.432 coches matriculados.
Los concesionarios están llenos, los aparcamientos a rebosar y ha llegado el momento de liquidar existencias antes de fin de año. En este contexto, Maserati ha decidido lanzar descuentos nunca vistos en su historia reciente.
Hasta 50.000 $ de descuento en Folgore

Según varios medios estadounidenses, entre ellos CarsDirect, Maserati ha enviado a su red un boletín nacional de incentivos:
- -50.000 $ en el GranTurismo Folgore y el GranCabrio Folgore,
- -25.000 $ en el todoterreno Grecale Folgore,
- y sólo -3.000 $ en las versiones de combustión interna.
Evidentemente, las versiones eléctricas están a la venta, mientras que los modelos de gasolina mantienen el precio más elevado.
Y sin embargo, sobre el papel, no hay nada ridículo en el Granturismo y el Grancabrio Folgore:
- - 751 CV, 1.350 Nm de par motor,
- - De 0 a 100 km/h en 2,6 segundos,
- - una velocidad máxima de 325 km/h,
- - y un sistema de 800 voltios comparable al del Porsche Taycan o el Audi e-tron GT.
Pero a un precio de más de 200.000 dólares cada uno, estos Maserati eléctricos están luchando por atraer a una clientela estadounidense mermada por el fin de los créditos fiscales federales y un apetito cada vez menor por los coches eléctricos de gama alta.

La paradoja Maserati
El otro problema es la imagen. Durante mucho tiempo, Maserati cultivó su exclusividad con el encanto del motor V8 y la melodía italiana. Sin embargo, desde la decisión de Stellantis de retirar los motores de gasolina en favor de los motores Folgore, la marca ha perdido una parte esencial de su ADN. Los nuevos modelos eléctricos son ciertamente potentes y rápidos, pero el público no se reconoce en ellos.
Sobre todo, se encuentran en una zona de precios absurda: el GranTurismo Folgore, incluso con un descuento de 50.000 $, sigue rondando los 150.000 $, más caro que un Tesla Model S Plaid, un Porsche Taycan Turbo o incluso un Ferrari Roma de segunda mano.
En cuanto al Folgore Grecale, incluso a 95.000 $, se enfrenta a rivales más consolidados como el Porsche Macan Eléctrico y el SUV Mercedes EQE.
¿Una estrategia de reducción de existencias antes del plan de nuevos productos?
Estos descuentos masivos son una admisión de fracaso: Maserati no ha logrado convencer con su cambio eléctrico.
La marca del Tridente atraviesa un periodo crítico. En 2025, corre el riesgo de terminar el año con menos de 8.000 ventas en todo el mundo, un nivel comparable al de 2012, antes del "renacimiento" prometido por el Ghibli y el Levante.
El nuevo Director General de Maserati, Jean-Philippe Imparato, ha heredado una marca en plena tormenta, sin nada nuevo que ofrecer a corto plazo. El plan de recuperación industrial, previsto para mediados de 2026, debería redefinir la gama e intentar insuflar nueva vida a la marca italiana. Mientras tanto, los descuentos XXL están ahí para salvar lo que se pueda salvar, al menos en términos contables.

El problema con la gama Folgore de Maserati es el precio, simple y llanamente. Hay demanda más que suficiente para los vehículos eléctricos (véase Tesla: aunque las ventas no sean tan buenas este año, siguen alcanzando cifras con las que algunos fabricantes de vehículos con motor de combustión interna sólo podrían soñar), pero Maserati tomó la decisión de excluirse del mercado tanto con los vehículos eléctricos como con los de combustión interna, y están pagando el precio por ello. Asumieron que la marca tenía más poder del que tenía y fueron demasiado testarudos para ver los errores.