La manipulación del velocímetro de un Lamborghini cuesta 190.000 a un concesionario estadounidense $

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Incluso en el mundo de los superdeportivos existen los timos de los cuentakilómetros. El caso de hoy afecta al concesionario JLR Brooklyn de Nueva York: un Lamborghini Huracán Evo Spyder con un kilometraje de sólo 2.100 km resultó haber sido conducido... más de diez veces esa cifra.

Todo empezó el pasado mes de junio, cuando un tal N. Teelan decidió cambiar su Lamborghini Huracán 2023 por un Range Rover 2025 (JLR Brooklyn es concesionario de Range Rover), obteniendo en el proceso un crédito de 190.000 dólares. El trato parecía perfecto: el LamborghiniEl coche, en un estado impecable y con poco kilometraje, se incorporó inmediatamente al stock del concesionario y se revendió rápidamente por 299.995 dólares.

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Pero unas semanas más tarde, el nuevo propietario del supercoche lo llevó a un taller de Lamborghini en Texas para una simple revisión. Fue entonces cuando todo se vino abajo. Cuando los técnicos de Lamborghini conectaron un escáner OBD2, descubrieron una discrepancia: el cuentakilómetros marcaba 2.100 km, pero la unidad de control del motor (ECU) registraba 23.365 km.

¿La explicación? Se había instalado un dispositivo de bloqueo para falsificar la indicación digital del velocímetro. En otras palabras, el coche se movía, pero el kilometraje visible no.

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Tomado por sorpresa, el concesionario JLR de Brooklyn no tuvo más remedio que reembolsar íntegramente al comprador, cubrir los gastos de transporte del vehículo y sustituir el velocímetro por un coste de 6.300 dólares. Esto costó al concesionario más de 190.000 dólares, y a finales de septiembre de 2025 emprendió acciones legales contra N. Teelan y su empresa con sede en Estados Unidos. Teelan y su empresa con sede en Montana, Cross Feen LLC.

La demanda, presentada ante un tribunal federal, alega fraude e incumplimiento de contrato. Los abogados del concesionario afirman que el kilometraje real devaluó considerablemente el Huracán, haciéndolo mucho menos atractivo para la reventa.

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Este caso pone de manifiesto una práctica que, a pesar de los avances tecnológicos, sigue existiendo: la manipulación del kilometraje. En este caso, sin embargo, bastó comparar los datos del cuentakilómetros con los de la ECU mediante una sencilla herramienta de diagnóstico para detectar el engaño.


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