
Durante más de veinte años, el V10 atmosférico ha marcado el ritmo de los entusiastas del motor. Lamborghini. Desde el Gallardo hasta el Huracán, encarnaba una especie de compromiso ideal: más accesible que un V12, pero más noble y cadencioso que un V8. Sin embargo, la era de los motores de combustión pura está llegando a su fin, y en Lamborghini, el dilema ha sido más difícil de lo que parece.
Cuando la firma de Sant'Agata Bolognese desarrolló el sustituto del Huracán, el nuevo Lamborghini Temerario, los ingenieros sopesaron largo y tendido los pros y los contras. ¿Deberían mantener un V10 electrificado? ¿Atreverse con un V6, más compacto y más acorde con los estándares? ¿O apostar por un V8 híbrido completamente nuevo?
El canto del cisne del V10
El Huracán fue el último Lamborghini equipado con un V10 atmosférico. Un motor Audi, sin duda, pero que marcó a toda una generación de conductores con sus revoluciones de hasta 8.500 rpm y sus variantes radicales como el Performante y el STO. Pero este motor había llegado a su límite. Como explicó Rouven Mohr, responsable de I+D de la marca:
"En los últimos años, la demanda de potencia se ha disparado. Pero un V10 nuevo, adaptado a los estándares actuales, habría perdido alrededor de 20 % de su rendimiento. Era el final de un ciclo".
¿Por qué no un V6?
La idea de un V6 circuló internamente. Más ligero, más compacto, más fácil de electrificar... pero ¿podríamos imaginarnos en serio un "baby Lamborghini" con un motor de seis cilindros? Como señala Top Gear Netherlands, la propia imagen de Lamborghini se basa en el exceso y la generosidad mecánica. Un V6 habría sido visto como un paso atrás, casi un sacrilegio.
Al final, fue el V8 biturbo híbrido enchufable (PHEV) el que se llevó la palma. Capaz de alcanzar velocidades de hasta 10.000 rpm y respaldado por un sofisticado sistema de electrificación, este motor propulsa ahora el Temerario y el URUS SE, y se utilizará para propulsar otros modelos de la gama, entre ellos el Lanzador, que podría no ser un coche eléctrico de 100 % después de todo. Es una elección técnica y estratégica: más eficacia, más par y, sobre todo, un margen de desarrollo acorde con la futura normativa.
El V12 sigue siendo intocable
El hecho es que no todo en Lamborghini es igual. El V12 sobrevive gracias a la hibridación en el Revuelto, sucesor del Aventador, y la marca del toro tiene toda la intención de ir un paso más allá. más allá de 2030 con este motorEn otras palabras, no lo sustituye todo. En otras palabras, el V8 híbrido no lo sustituye todo: completa una gama en la que cada modelo conserva su propia personalidad.