
Esta incautación es noticia en Alemania y sirve para recordar la importancia de conocer el origen de un vehículo importado. El domingo 27 de julio de 2025, la aduana alemana interceptó un Lamborghini Gallardo negro en la autopista A8 a la altura de Dornstadt, cerca de Ulm (Baden-Wurtemberg). Transportado en un remolque en dirección a Stuttgart, el supercoche era conducido por un ciudadano rumano de 36 años. El objetivo declarado era repararlo en Alemania antes de venderlo a un taller de Bielefeld.
Pero cuando los agentes preguntaron, no había ningún documento válido que demostrara que el vehículo había sido importado en la Unión Europea. El sitio LamborghiniEste vehículo no matriculado, valorado en casi 120.000 euros, había cruzado las fronteras sin declaración previa en la aduana.
Un coche de dudosa procedencia
Al ser interrogado in situ, el conductor hizo una serie de declaraciones contradictorias sobre el origen y el destino final del vehículo. Esta incertidumbre, unida a la ausencia de documentación aduanera, llevó a los agentes a abrir una investigación por sospecha de "evasión fiscal". Es evidente que el vehículo podría ser producto de una red de importación ilegal.
Para este Lamborghini Gallardo, cuyo motor V10 produce más de 500 CV y puede alcanzar velocidades superiores a 300 km/h, los derechos de importación habrían ascendido a unos 25.500 euros, más un depósito de 9.600 euros. Al no poder pagar esta suma inmediatamente, las autoridades confiscaron el vehículo al conductor.
¿Qué arriesga el propietario?
El Gallardo está ahora bajo custodia de la aduana alemana. Si no se pagan las cantidades pendientes, el vehículo podría ser subastado. Mientras tanto, el conductor ha sido acusado de evasión de impuestos aduaneros, un delito que conlleva severas penas en Alemania.
Este incidente, del que se hizo amplia eco la prensa alemana, ilustra los riesgos que entraña importar vehículos de lujo sin comprobar a fondo su historial y su situación legal. El Lamborghini Gallardo, fabricado entre 2003 y 2013 en Sant'Agata Bolognese, es uno de los modelos más populares de la marca italiana, con más de 14.000 unidades construidas. También es un modelo muy buscado en el mercado de segunda mano... lo que inevitablemente atrae dudosos intentos de importación.
Este episodio es un recordatorio para todos los aficionados a los coches de prestigio, tanto si compran localmente como si importan, de que es crucial comprobar el origen, el historial y la conformidad administrativa del vehículo. Porque incluso un supercoche con pedigrí italiano puede ocultar un pasado turbio, y exponerte a graves consecuencias.