
Un supercoche italiano, abandonado durante casi una década, ha renacido gracias a un equipo de entusiastas... y a piezas de segunda mano sacadas directamente de un Volkswagen Golf. Es una aventura mecánica tan improbable como fascinante, y te lo contamos todo a continuación.
Un Gallardo abandonado, congelado en el tiempo
Cuando este Lamborghini Gallardo V10 llega al taller británico de Ricky y su equipo, ya no parece realmente un coche de ensueño. Cubierto de polvo e inservible, no se ha arrancado en 8 años. El interior huele a moho, el compartimento del motor está en un estado preocupante y el coche se niega a encenderse. ¿La única pista de que fue conducido por última vez? Un ticket de aparcamiento fechado en febrero de 2013, encontrado bajo una alfombrilla.

El primer problema se detectó rápidamente: el inmovilizador electrónico impedía arrancar el coche. Gracias a la intervención de un especialista, se reprograman dos nuevas llaves, lo que finalmente permitió levantar el bloqueo. Pero el Gallardo seguía negándose a arrancar. Y es entonces cuando comienza una inmersión en el infierno de los circuitos de combustible.
Sistemas de combustible podridos, bombas muertas, un tanque roído...
Las pruebas revelaron el alcance de los daños: sin presión de combustible, sin chispa, inyectores inertes. ¿La causa? Las bombas de combustible estaban completamente averiadas, literalmente carcomidas por la corrosión. Al desmontar los dos depósitos laterales (el Gallardo tiene uno a cada lado), el equipo descubrió un líquido maloliente, más parecido al barniz de madera que a la gasolina, así como mangueras fundidas y conductos eléctricos pelados.

El veredicto de los expertos: el coche probablemente se dejó funcionando con E85, un biocombustible rico en etanol. Problema: el etanol absorbe el agua, favorece la oxidación y degrada rápidamente la goma y los plásticos. Una auténtica bomba de relojería para todo el sistema de combustible.
Surtidores de Volkswagen Golf para salvar un Lamborghini
Al ponerse en contacto con Lamborghini, el equipo se enteró de que las bombas de combustible originales costaban 700 euros cada una y había que pedirlas directamente a Italia. Es decir, más de 1.400 euros solo para llevar combustible al motor.

Afortunadamente, un golpe de genio (e ingenio) salvó el proyecto: encontraron bombas de combustible compatibles del catálogo del Volkswagen Golf en un proveedor de piezas de segunda mano. Piezas compartidas dentro del grupo VAG, al que pertenece Lamborghini, y que serían perfectamente adaptables. Bombas de combustible de depósito probablemente utilizadas en su momento en algunos modelos del grupo Volkswagen como el Audi R8, Golf R32, etc. Lo hemos comprobado, y cuesta alrededor de 160 euros cada uno.
Bombas probadas, montadas, depósitos limpios, filtros sustituidos... y milagro : el Gallardo finalmente arranca de nuevo, como si nada hubiera pasado.

Inicio de la restauración mecánica y estética
El motor V10 vuelve a cantar. Pero el proyecto no acaba aquí. Todavía tenemos que :
- Reparación de una fuga hidráulica en la caja de cambios E-Gear,
- Sustituya los neumáticos agrietados,
- Limpia los frenos y cambia todo el aceite,
- Y restaurar las funciones secundarias.
Unas semanas más tarde, un Lamborghini Gallardo: limpio, funcional, apto para circular y listo para la carretera esperando a ser reclamado por su dueño.

Esta restauración es una buena lección de artesanía mecánica, con manos sucias, bromas desenfadadas y un verdadero amor por los coches. ¿Utilizar piezas del Volkswagen Golf para dar nueva vida a un supercoche italiano? ¡Un pulgar de la nariz en el elitismo mecánico! Y la prueba de que un buen diagnóstico y un poco de ingenio a veces son mejores que un gran cheque.