
A Lamborghini ¿En miniatura? Sí. ¿Con mando a distancia? Por supuesto. Pero lo que hace que este proyecto sea tan impresionante es su corazón: un motor V12 en miniatura real y totalmente funcional. No se trata de una maqueta de exposición, sino de un coche de radiocontrol construido a mano con una mecánica compleja y un nivel de acabado que roza la ingeniería automovilística a escala reducida.
Un motor V12 en miniatura que funciona como el de verdad.
Todo empieza con el motor, que alberga el cigüeñal perfectamente equilibrado. Después vienen los pistones y las bielas, lubricados y ajustados con precisión quirúrgica. Todos los componentes son funcionales: segmentos, bulones, válvulas, árboles de levas, volantes e incluso bujías en miniatura capaces de emitir una chispa real.


Todo se hace a mano: aplicar la junta del motor, cronometrar el tren de válvulas... todo con un nivel de detalle digno de un motor de coche a tamaño real.

Como en un auténtico supercoche, hay un sistema de carburación, un circuito de aceite, un motor de arranque, un sistema de encendido completo conectado a una ECU en miniatura, e incluso un radiador para enfriar el calor del V12. Sí, ¡se calienta de verdad!
Caja de cambios interna
No hay motor V12 sin caja de cambios. El diseñador también ha diseñado una transmisión a medida, completa con embrague, todo ajustado al milímetro. Incluso se ha integrado un servomotor de cambio para simular los cambios de marcha reales.


El sistema de escape totalmente soldado incluye colectores impresos en 3D, silenciadores y tubos de escape soldados a mano. ¿El resultado? Una línea que reproduce fielmente las vibraciones de un V12, a escala 1/10.

Chasis rígido, suspensión, ruedas...
El chasis no se queda atrás: soldado con piezas metálicas cortadas con precisión, alberga un auténtico sistema de suspensión con diferencial y amortiguadores.


También se ha añadido un sistema de frenado, con discos, pastillas y pinzas en miniatura, activados por un servomotor específico para una deceleración controlada.

Puesta en marcha y prueba final: ¡funciona!
Una vez completado el montaje, el diseñador añade los fluidos necesarios: aceite de motor, refrigerante, gasolina... y luego conecta dos baterías de litio para ponerlo todo en marcha. El motor arranca con un rugido en miniatura, y el Lamborghini de radiocontrol conduce de verdad, propulsado por su propio motor de combustión V12.


Este proyecto es una auténtica proeza de ingeniería, realizada a escala reducida, pero con los requisitos de la mecánica de un automóvil a escala real. Un auténtico supercoche, ¡en miniatura! Todas las etapas se detallan en el vídeo de 20 minutos que figura a continuación.