
En noviembre de 1965, en el Salón del Automóvil de Turín, las multitudes se congregaron como de costumbre en torno a las relucientes carrocerías. Pero ese año, un objeto intrigaba más que todos los demás: no era un coche. Era un chasis desnudo, brutal, casi chocante en su simplicidad. Una estructura negra satinada, afilada como un prototipo de carreras, con un V12 montado transversalmente en la parte trasera. Ninguno de los ornamentos habituales de las grandes berlinas. Sólo la mecánica desnuda.
En el LamborghiniEste esqueleto de acero atrae a periodistas, ingenieros y rivales, todos los cuales airean sus incómodos silencios. La marca de Sant'Agata Bolognese no presenta un coche nuevo. Presenta una intención. Y lo que anunciaba iba a redefinir toda una categoría automovilística. En ese preciso momento, nadie lo sabía todavía. Pero el Miura acababa de vivir su primer momento de gloria, un año antes incluso de existir.
Tres jóvenes contra las certezas de Ferruccio Lamborghini
No hay un consejo de administración ni un plan de marketing detrás de este trueno. Son tres entusiastas apenas salidos de la adolescencia: Giampaolo Dallara, Paolo Stanzani y Bob Wallace. Ingenieros y pilotos de pruebas, sueñan con la competición, con la innovación radical, con un Lamborghini con motor central como los coches de carreras.v¿El problema? Ferruccio Lamborghini, el pragmático fundador, no quiere oír hablar de carreras. Su marca debe encarnar el lujo, no la pista de carreras. Pero los tres hombres tomaron una decisión casi insolente: si Lamborghini no se dedicaba a las carreras, la competencia se centraría en los coches de producción.
Así que, en secreto, idearon el proyecto L105. Una arquitectura compacta, concebida en torno a una idea loca para un coche de carretera: instalar un V12 de 4 litros en posición central trasera, montado transversalmente, como en la Fórmula 1. Cuando finalmente presentaron su proyecto a Ferruccio, dudó... y luego aceptó. Una decisión histórica.



Un prototipo que ni siquiera era un coche
El chasis presentado en Turín en 1965 no era un chasis rodante. No tiene carrocería. Parece más una obra de arte Brutalista que un coche. Fabricado por Marchesi en Módena, tiene una estructura de acero de sólo 0,8 mm de grosor, cortada y aligerada al extremo, con un peso de sólo 120 kilos.


La arquitectura técnica es completamente nueva: suspensión de doble horquilla, frenos de disco Girling, llantas de radios Borrani, motor y caja de cambios integrados en una única unidad compacta. Y por encima, los doce cuernos de los carburadores Weber se elevan en silueta vertical. Los periodistas lo llaman "esqueleto de coche de carreras". El público está fascinado. Sin motor. Sin carrocería. A pesar de ello, el Miura se convirtió en la estrella del espectáculo.
Bertone, el encuentro que la convirtió en un icono
¿Qué es lo más irónico? El Miura aún no tiene cara. El chasis llegó a Turín sin carrocería, ya que no se había llegado a un acuerdo con el carrocero de Touring, que finalmente declinó por motivos económicos. Pininfarina ya estaba ocupado. Entonces, casi en el último momento, apareció en escena Nuccio Bertone. Ferruccio Lamborghini le saludó con una carcajada: "Eres el último carrocero en llegar". Bertone examinó el chasis y pronunció una frase que se ha convertido en legendaria: prometió "un zapato perfecto para ese pie maravilloso".


Mientras la fábrica cerraba por Navidad, sus equipos trabajaban en la sombra. En pocas semanas se elaboraron los primeros bocetos. Eran tan atrevidos, tan sensuales, tan fluidos, que el proyecto se aprobó sin modificaciones.
Ginebra 1966: nace el Miura
En marzo de 1966, en el Salón del Automóvil de Ginebra, la transformación fue completa. El esqueleto negro satinado se había convertido en una obra maestra con caderas anchas, faros que baten las pestañas y un perfil felino listo para atacar. El Lamborghini Miura P400 se presenta al mundo. No es sólo rápido. Es lo máximo. Exotismo mecánico, audacia estilística, arquitectura de competición... ningún otro fabricante se había atrevido a hacer esto para un coche de calle. Y muy rápidamente, una palabra apareció en la prensa británica para describirlo. Una nueva palabra: "superdeportivo".

En 2026, Lamborghini celebrará el Miura durante todo un año con eventos, exposiciones y una gira oficial orquestada por Polo Storico. Una peregrinación mecánica para honrar a un coche que no sólo ha hecho historia. ¿Se atreverá la marca a crear un concept o una edición limitada para la ocasión? Esperamos que sí.
