40 años después, el Lamborghini Athon sigue siendo tan futurista como siempre (con un volante muy sorprendente).

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En 1980, Lamborghini atraviesa uno de los periodos más oscuros de su historia. La empresa de Sant'Agata Bolognese, con problemas de liquidez, sólo pudo sobrevivir gracias a un improbable contrato para ensamblar el Fiat 127 Rustica. Sin embargo, fue precisamente en ese momento crítico cuando un inesperado salvador entró en escena: Bertone. El famoso carrocero, fiel compañero de la marca desde el Miura y el Countach, decidió diseñar un concept car para apoyar a Lamborghini. El resultado fue el Athon, un atrevido prototipo presentado en el Salón del Automóvil de Turín en abril de 1980.

El sol en el corazón de un periodo oscuro

Su nombre, "Athon", hace referencia al culto egipcio al dios Sol. Una elección significativa para una araña sin techo, imaginada como un rayo de esperanza en un periodo de oscuridad económica. Para Bertone, no se trataba sólo de crear una berlina, sino de restaurar la imagen de Lamborghini como marca de futuro.

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El proyecto se confió a Marc Deschamps, un joven diseñador francés que acababa de suceder a Marcello Gandini en Bertone. La tarea era inmensa: perpetuar el legado de líneas tensas, volúmenes geométricos y siluetas afiladas que había hecho famoso al estudio. El resultado es espectacular: un diseño radical, monolítico, casi escultórico, que sigue pareciendo sacado de una película de ciencia ficción.

Un diseño atemporal

Basado en el Lamborghini Silhouette, a su vez derivado del Urraco, el Athon utiliza el mismo chasis y motor V8 de 3 litros y 260 CV. El motor está montado transversalmente en posición central trasera y está acoplado a una caja de cambios manual de cinco velocidades. Nada experimental desde el punto de vista mecánico, pero una configuración vanguardista para este motor de aspiración natural y temperamento explosivo.

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Visualmente, el Athon rompe moldes. Su carrocería baja (1,07 m) y sus volúmenes de geometría afilada reflejan el rigor del diseño italiano en la cima de su arte. La zaga es larga, casi maciza, mientras que el habitáculo está situado lo más adelante posible para acentuar la postura felina. El parabrisas panorámico, envolvente y ahumado, se funde con la carrocería del vehículo con una fluidez asombrosa. Las superficies acristaladas se funden con la carrocería, creando una continuidad visual que pocos coches modernos pueden igualar.

Interiores de ciencia ficción

Pero es el interior lo que realmente lleva al Athon a otra dimensión. Bertone, siempre adelantado a su tiempo, diseñó un salpicadero digital con la ayuda del proveedor italiano Veglia. ¡Un instrumento totalmente electrónico en 1980! Y eso no es todo: los mandos de los limpiaparabrisas, los intermitentes y otras funciones ya no estaban situados en interruptores convencionales, sino en un pequeño módulo al alcance de la mano a la izquierda del volante.

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¡Y qué volante! Monohusillo, minimalista, parece flotar en el aire, con un diseño a medio camino entre un avión de combate y una cabina espacial. Más de 40 años después de su presentación, sigue siendo un ejemplo de pura creatividad italiana, que puedes ver en acción en el vídeo al final del artículo.

Un gesto de diseño... y solidaridad

El Athon no era un estudio de estilo gratuito: era un gesto de amistad. Bertone no había recibido ningún encargo oficial de Lamborghini. Simplemente quería recordar al mundo que la marca aún tenía alma y visión. Una forma de decir: "Lamborghini no ha muerto, sigue soñando".

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Este concepto único, un único ejemplar construido y nunca restaurado, ha sobrevivido a la prueba del tiempo. Puesto a la venta por RM Sotheby's en el Concurso de Elegancia de Villa d'Este en 2011, se vendió por 347.200 euros. Un precio casi modesto para una pieza tan simbólica de la historia.

Contemplar hoy el Lamborghini Athon es apreciar hasta qué punto el diseño italiano ya sabía anticiparse a las décadas venideras. Sus líneas aún podrían inspirar un concept car moderno. Su salpicadero digital y su ergonomía centrada en el conductor recuerdan a los supercoches actuales. Cuarenta años después, el Athon no ha envejecido. Y este volante, una obra maestra de ingenio y pureza, es un recordatorio de que a veces el futuro toma forma en los momentos más oscuros.

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1 reseñas en "40 ans après, le concept Lamborghini Athon est toujours aussi futuriste (avec un volant très étonnant)"

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