
Durante meses, la planta de Kragujevac (Serbia), donde el nuevo Fiat Grande Pandaha sido noticia por sus dificultades para alcanzar un ritmo de producción digno del éxito comercial del modelo. Después de envío de trabajadores italianos como refuerzoentonces su devolución forzosa por errores administrativosuna nueva fase está a punto de comenzar: la inminente llegada de cientos de trabajadores extranjeros de... Nepal y Marruecos.
Se esperan 800 trabajadores extranjeros en Kragujevac
Según AutoKlub, que recoge las declaraciones de un concejal de Kragujevac, la fábrica de Stellantis contratará próximamente a unos 800 trabajadores de Nepal y Marruecos. Una cifra sorprendente si se tiene en cuenta que la ciudad cuenta con casi 9.000 parados.
Para los sindicatos, la razón está clara: los salarios propuestos por Fiat no bastan para atraer a los locales. Jugoslav Ristić, antiguo dirigente sindical y presidente de la asociación Nova svetlost, lo dice sin rodeos:
"La gente no quiere trabajar por ese salario porque no puede sobrevivir con él. Por eso traemos trabajadores de países más pobres como Nepal y Marruecos.
Salarios demasiado bajos para retener a los serbios
Actualmente, un trabajador de Kragujevac gana unos 70.000 dinares al mes, o 597 euros, ligeramente por encima del salario mínimo local, pero muy por debajo de la media serbia, estimada en 920 euros. Trabajando todos los sábados, un obrero puede aspirar a ganar 90.000 dinares (768 euros), pero a costa de trabajar más de 40 horas semanales.
A modo de comparación, los trabajadores italianos enviados para reforzar el equipo cobraban casi 100 euros al día, casi cinco veces más.
El contraste es tal que muchos trabajadores locales prefieren abandonar la planta de Fiat a los pocos días. Como resume Goran Milić, presidente del sindicato regional de trabajadores del metal:
"Los trabajadores contratados duran unos días y luego se van, probablemente por los bajos salarios.
¿Por qué Nepal?
La elección de Nepal no es baladí. En este país de 27 millones de habitantes, más de la mitad de la población vive con menos de 1,25 $ al día. Para estos trabajadores, un salario de 500 a 600 euros en Serbia representa ya una gran oportunidad. Al parecer, Stellantis tiene previsto ofrecerles, además de su salario, dos comidas al día y un alojamiento valorado en 100 euros al mes.
Inicialmente, los trabajadores extranjeros iban a tributar a un tipo ventajoso (sólo 10 % de impuestos), pero el gobierno serbio rechazó esta medida, que habría frenado las primeras contrataciones.
El Fiat Grande Panda, una promesa aún en peligro

La paradoja es cruel. Se supone que el Fiat Grande Panda es el nuevo coche popular de Fiat en Europa: diseño neo-retro, precio atractivo, electrificación accesible. Desde febrero, se han recibido más de 15.000 pedidos y las entregas empiezan a acelerarse. Pero detrás de esto, la realidad industrial sigue siendo frágil.
Objetivo oficial: 500 vehículos al día. Realidad actual: sólo entre 150 y 180 unidades, a pesar de la apertura de nuevas estaciones de producción. Los plazos de entrega se disparan: varios meses de espera para las versiones híbridas, pese a que Stellantis apuesta por ellas para atraer a una amplia clientela.
Una imagen dañada para Fiat y Stellantis
Al recurrir a mano de obra extranjera de bajo coste, Stellantis se expone a críticas crecientes. ¿Cómo puede justificar el envío de trabajadores a 6.000 kilómetros de distancia cuando miles de desempleados viven cerca de la planta? Para los sindicatos, la respuesta es sencilla: Fiat se niega a pagar salarios decentes.
"Si Fiat pagara 1.000 euros al mes, no tendría problemas para encontrar trabajadores", afirma Ristić.
Detrás del Fiat Grande Panda está en juego toda una política industrial: la de una Europa que quiere coches asequibles... pero hace la vista gorda a las condiciones en que se producen.
Vaya, Stellantis está haciendo todo lo posible para liarla. ¿Cómo puede Renault producir en Francia (no es una economía de mano de obra barata) y vender el R5 con beneficios, y sin embargo Fiat no puede pagar salarios decentes a su personal en Kragujevac y obtener un beneficio. Para comparar el precio en Italia: R5 25k€, GP BEV 24k€.
Es una pena que Stellantis no pague salarios decentes a los trabajadores serbios.
Este grupo comete cada día más errores, y la imagen de Fiat se está resintiendo. Tengo la impresión de que Stellantis se está volviendo ingerible.
Si este artículo es cierto, se acabó todo para Fiat Europa. Están cometiendo error tras error, la clientela hace tiempo que se fue, había una pequeña posibilidad de recuperar algunas ventas, pero la chapuza del lanzamiento de este vehículo estratégico no nos da ninguna esperanza. Y el 500 diésel sin cambio automático, eso está cantado. Triste.
Otra "excelente" idea, contratar a cualquiera para construir cualquier cosa en un país en estado casi de insurrección, bien hecho Fiat.