
El Fiat El Panda, el pequeño coche urbano de culto nacido en 1980, nunca se ha caracterizado por su generoso tamaño. Con su anchura original de 1,49 m, pretendía ser práctico, funcional y perfectamente adaptado a la ciudad. Pero lo que ha conseguido Andrea Marazzi, un mecánico italiano de 30 años, es incomprensible: en Pandino, cerca de Milán, presentó un Fiat Panda... ¡de sólo 50 centímetros de ancho!
Una ilusión óptica sobre ruedas

A primera vista, parece una broma o un montaje de vídeo. Pero este Panda ultrarretro existe de verdad. Andrea ha eliminado literalmente toda la sección central de la carrocería, dejando sólo los laterales originales. El resultado es una silueta inverosímil que parece un coche de dibujos animados.

Y, sin embargo, conduce. No por una carretera abierta, claro (no está homologado ni registrado), sino por terrenos privados. Y los vídeos colgados en las redes sociales muestran claramente a este Panda minimalista conduciendo ante la atónita mirada de los curiosos.
Este Fiat Panda es eléctrico.
Era imposible encajar el motor de combustión interna en un espacio tan reducido. Así que Andrea optó por un motor de scooter eléctrico de 24 voltios. Esto permite al Panda más estrecho del mundo alcanzar una velocidad de 15 km/h. Una rueda trasera se encarga de la propulsión, mientras que la otra se dedica al frenado.

El interior, si aún puede llamarse así, sólo mide 30 cm de ancho: lo justo para albergar a su creador. Hay un volante diminuto, un pedal de acelerador, un mando de freno bajo el asiento y un fragmento del salpicadero original.
La mirada se fija inmediatamente en el renovado diseño: un único faro central domina el frontal, con dos intermitentes a los lados. El parabrisas, tan estrecho como el ojo de buey de un submarino, refuerza el aspecto irreal del coche. Incluso se han mantenido las barras del techo, ahora tan juntas que se pueden tocar con una mano.

Pero aunque este proyecto es divertido, también suscita cierta cautela: en los vídeos, Andrea suele ir acompañada de una persona que camina junto al vehículo, como para evitar cualquier pérdida de equilibrio o una ráfaga de viento demasiado violenta.