
Fue una escena casi surrealista que tuvo lugar en Asti, en la región italiana de Piamonte: un Ferrari F430 fue destruido por las autoridades italianas. Pero detrás de este movimiento radical se esconde un descubrimiento sorprendente... e ilegal.
Un F430 demasiado bueno para ser verdad
Todo empezó en 2022, cuando la Guardia di Finanza de Asti, en el marco de la operación Cavallino, incautó un vehículo sospechoso que parecía exactamente un Ferrari F430. La ilusión era casi perfecta: logotipos de Ferrari y Pininfarina, llantas específicas, capó delantero y trasero fielmente reproducidos, hasta las pinzas de freno. A primera vista, un pura sangre de Maranello. Pero debajo de esa capa roja había en realidad... un Toyota MR2 totalmente modificado.

La transformación es asombrosa. Los propios expertos tuvieron que llevar a cabo investigaciones en profundidad para confirmar que se trataba efectivamente de una falsificación. Porque, a pesar de su aspecto convincente, el coche era un Ferrari falso, hasta en sus papeles de matriculación.

Este trabajo, realizado por artesanos de acuerdo con las normas del oficio, se consideró ilegal. El uso no autorizado de marcas de Ferrari, así como la falsificación de documentos oficiales, justificaron la intervención de las autoridades.
Absolución del propietario... pero destrucción del coche

El caso ha tenido un giro judicial. El propietario, de 26 años, fue finalmente absuelto. Sin embargo, la justicia italiana no ha absuelto al vehículo. El tribunal ordenó la destrucción total del Ferrari falso, sentencia confirmada en apelación. El 30 de junio de 2025, el coche fue aplastado.
Según las autoridades, esta operación forma parte de un esfuerzo por proteger el patrimonio industrial italiano. "Nuestro objetivo es proteger la producción nacional, sobre todo cuando representa un símbolo de la calidad italiana en el mundo", declaró la Guardia di Finanza.