Después del Ferrari F8 Tributo, he aquí el F8 Supertributo, ¡con una potencia total de 900 CV! (pero ya no es un Ferrari).

El Ferrari F8 Tributo ya era una obra de arte rodante, pero algunos tuneadores no dudan en ir aún más lejos, aunque eso signifique disgustar a los puristas. Tal es el caso de Keyvany, el tuneador alemán ya conocido por sus creaciones muy llamativas (amigo de Mansory), que desvela un nuevo F8 835 Supertributo.

Primera aclaración importante: ya no debe llamarse Ferrari. Como es habitual para evitar problemas legales con Maranello, se han eliminado los logotipos del Cavallino Rampante y se han sustituido por los de Keyvany. El modelo se convierte así oficialmente en el Keyvany F8 Supertributo, una interpretación radical del F8 Tributo... o más bien de su versión Spider.

Aspecto totalmente renovado

A primera vista, es difícil pasar por alto el trabajo realizado en la carrocería. El Supertributo se viste con una ola de carbono visible: capó, paneles de los balancines, tomas de aire, salpicaderos rediseñados, un enorme difusor e incluso un discreto alerón de cola de pato en la parte trasera. El resultado es un aspecto mucho más agresivo, casi intimidatorio, en marcado contraste con la elegancia natural del F8 original. Las llantas especiales, los logotipos Keyvany y los detalles en rojo acentúan aún más el carácter de esta creación.

En el interior, Keyvany también pone toda la carne en el asador. La presentación está hecha a medida, con una mezcla de cuero de alta gama, alcántara y carbono, todo personalizable según las especificaciones del cliente. El resultado es una pieza única para cada propietario.

La potencia aumenta a 900 CV

Pero la verdadera novedad se esconde bajo la carrocería. Gracias a un sistema de escape propio, Keyvany ha anunciado un espectacular aumento de potencia. Así, con un nuevo escape y una nueva cartografía, el V8 biturbo de 3,9 litros ya no desarrolla 720 CV como en el F8 Tributo de serie, ¡sino 900 CV y 1.050 Nm de par! Todo ello transforma a este descapotable en un auténtico misil, capaz de alcanzar los 340 km/h, pero con una aceleración aún más rápida.

Como suele ocurrir con el afinador alemán, este Supertributo no encontrará una aprobación unánime. Algunos gritarán blasfemia, otros aplaudirán su audacia y radicalismo. Lo que es seguro es que Keyvany ha conseguido una vez más atraer la atención de todos, les guste o no.