Más información sobre el hombre sorprendido por la policía conduciendo un monoplaza por la carretera

Durante años, sólo fue una figura con casco que aparecía en la curva de la autopista D4, a toda velocidad en un monoplaza rojo parecido a un Ferrari en la Fórmula 1. Una aparición inmortalizada en vídeos que se han hecho virales en Youtube, a veces con más de un millón de visitas. Pero desde su detención a principios de septiembre, el misterio empieza por fin a disiparse. Y las revelaciones sobre el hombre al volante, y sobre quienes le acompañaban, dibujan un panorama mucho más complejo que el de un simple aficionado en busca de emociones fuertes.

Un conductor escurridizo que se ha convertido en un símbolo... de la arrogancia vial

Desde 2018, el famoso "fórmula" ronda la autopista D4, al suroeste de Praga. Sin intermitentes, sin matrícula, sin luces y con neumáticos lisos totalmente inadecuados para la carretera (según la policía), el monoplaza aparecía esporádicamente. En 2019, luego en 2022, y de nuevo el pasado agosto, automovilistas atónitos retransmitieron imágenes en las que se veía al coche surcando el tráfico rodado como si se tratara de una carrera de F1.

La policía nunca consiguió atrapar al conductor. Hasta la mañana del 7 de septiembre de 2025. Ese día, varios testigos denunciaron al monoplaza en una gasolinera cercana a Dobříš. Esta vez, la policía no dio ninguna oportunidad al conductor fantasma. Patrullas terrestres, helicópteros: la operación se parecía más a la localización de un fugitivo que a la detención de un automovilista imprudente. El hombre fue finalmente interceptado en el pueblo de Buk u Příbrami, conduciendo un prototipo Dallara GPF1 de 2006 según su hijo, o un Dallara GP2 de 2008 según otras fuentes.

Un ex policía al volante... y un séquito sulfuroso

La prensa local ha revelado la identidad del conductor. Se trata de Milan V., ex policía reconvertido en empresario. Cuando fue detenido, se negó a cooperar, impugnó la operación y se negó a dar su identidad. Pero lo más intrigante era el hombre que le acompañaba aquel día en un Mercedes amarillo: Jan Š., un empresario bien conocido por las autoridades. Condenado en 2007 por falsificación de billetes y posteriormente implicado en un escándalo medioambiental relacionado con el vertido ilegal de residuos tóxicos en terrenos cercanos a Praga, su reputación dista mucho de la de un simple aficionado a los coches. Según Blesk, la aparición del monoplaza no fue un acto aislado, sino más bien la costumbre de un pequeño grupo de hombres convencidos de que podían saltarse las normas.

Tras la detención, el hijo del piloto, Lukáš, protestó contra lo que describió como un "montaje". Habló de hasta dos helicópteros y unos quince coches de policía rodeando su casa. En su opinión, su padre no era más que un aficionado que quería montar un espectáculo. Pero los expertos entrevistados por los medios checos no comparten esta opinión. El experto en seguridad vial Roman Budský denunció el comportamiento como una "arrogancia total", una forma de puesta en escena para impresionar a las redes sociales. En su opinión, la escena recuerda a "un rey y su corte", una comitiva que viene a afirmar su superioridad sobre el resto del tráfico. El psicólogo Michal Walter va más allá, habla de "poserismo inmaduro" y recuerda que en otros países las autoridades no dudan en confiscar vehículos en casos similares.

Para la policía checa, el caso está ahora en manos del departamento administrativo. Milan V. se enfrenta a una fuerte multa y a la retirada de su licencia. El monoplaza, que no estaba homologado ni asegurado, nunca debería haber salido del circuito.

¿El fin de un mito?

Desde la detención del piloto, no se han vuelto a publicar vídeos de sus escapadas en el canal de YouTube de Trackzone, que llevaba documentando regularmente sus salidas desde 2019. Tras años desafiando a las autoridades, el "fantasma del D4" parece haber desaparecido definitivamente del radar.