
Presentado hace sólo unos días, el nuevo Ferrari 849 Testarossa ya está en boca de todos. Sucesor del SF90, adopta un nombre legendario de la historia de Maranello: Testarossa. Cuando se menciona este nombre, el imaginario colectivo evoca inmediatamente un diseño único, icónico, casi escultural. Y ahí es precisamente donde empieza el debate.
Ferrari antepone las prestaciones al estilo

Como en el reciente Ferrari F80La impresión es que el fabricante italiano ha antepuesto la eficacia aerodinámica y las prestaciones a la identidad visual. Ferrari no oculta sus prioridades. La marca explica que ha tomado como referencia la SF90 Stradale, con el objetivo de mejorar la potencia, el agarre de los neumáticos, la capacidad de respuesta, la eficacia de frenado y el desarrollo de los sistemas electrónicos.
Las cifras hablan por sí solas:
- +3 Rendimiento lateral del % comparado con el SF90 Stradale,
- -35 % sobre el peso de los muelles de carretera,
- -10 % de balanceo para un mejor control del cuerpo,
- aceleración longitudinal optimizada gracias a la relación peso/potencia y al calibrado del motor.
Como resultado, el 849 Testarossa cuenta con unos colosales 1.050 CV, sin sacrificar la respuesta a bajas revoluciones. Una proeza tecnológica, sin duda, pero que nos lleva a preguntarnos: ¿dónde ha quedado el alma estilística del Testarossa?
Un descendiente con un diseño difícil de leer

Ferrari afirma que la parte delantera del coche tiene volúmenes inspirados en las geometrías Ferrari de antaño y que la parte trasera está dominada por una doble cola que recuerda a la del 512 S. Pero para muchos entusiastas, es difícil verlo como un verdadero descendiente del Testarossa. El carácter inmediatamente reconocible del original, con sus famosas branquias laterales, parece ausente de esta moderna reinterpretación.
Diseñadores independientes en libertad
Teniendo esto en cuenta, varios diseñadores se divirtieron revisitando el 849 Testarossa. Entre ellos destacó Jonsibal. Él también lamenta la ausencia de referencias claras al Testarossa original. "El diseño exterior del nuevo Ferrari 849 Testarossa parece muy distintivo. Pero fue la parte Testarossa del nombre lo que me llamó la atención. Busqué indicios del diseño original, pero nada", explica.

Su idea fue añadir la característica más emblemática del Testarossa, las branquias laterales. El resultado es un coche inmediatamente más reconocible. Jonsibal también simplificó ligeramente el morro y afinó el perfil, sin tocar los faros. ¿El resultado? Un Ferrari que evoca por fin el espíritu del Testarossa, con un encanto visual añadido.


¿Pero a costa de la eficacia?
La gran pregunta sigue siendo: ¿no tendrán estos ajustes más estéticos un impacto negativo en la eficiencia aerodinámica, tan crucial en un coche de esta potencia? Este es el dilema de Ferrari. Entre la herencia estilística y las prestaciones absolutas, la marca se ha decantado claramente por estas últimas. El 849 Testarossa seguirá siendo sin duda un supercoche excepcional, pero su diseño seguirá dividiendo a la gente. En un momento en el que seguimos soñando con líneas atemporales, Ferrari nos recuerda que sus prioridades están en otra parte: batir récords, a riesgo de sacrificar un poco de magia visual.