Ferrari FZ93: el 512 TR tuneado por un famoso carrocero (que inspiró el Enzo)

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Zagato rara vez ha trabajado con Ferraricuyo carrocero favorito era Pininfarina. A principios de los 90, sin embargo, las dos empresas empezaron a trabajar juntas, en particular en la producción de una pequeña serie de 348 coches Zagato "Elaborazione". Fue entonces cuando Ercole Spada, antiguo director de diseño de Zagato, regresó a la empresa tras trabajar para varios fabricantes. Por aquel entonces, acababa de firmar el 155 para Alfa Romeo. Se decidió crear un modelo especial basado en el 512 TR para el Salón del Automóvil de Ginebra de 1993.

Basado en el Ferrari 512 TR

El 512 TR, que apareció en 1992, era una mejora del Testarossa de 1984, con una aerodinámica mejorada, un interior más ergonómico y un motor de 12 cilindros y 4,9 litros de cilindrada cuya potencia se incrementó hasta los 428 CV. El 512 TR se basaba en una versión revisada del chasis tubular de acero soldado del Testarossa original, que ofrecía una mayor rigidez de 13 %. Para mejorar la maniobrabilidad, se rebajó la altura de conducción y el motor y la caja de cambios se montaron más abajo en el chasis.

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Como sabemos, Zagato, con sus inspiraciones aeronáuticas y su filosofía vanguardista, puede sorprender tanto en lo bueno como en lo malo: acierta o falla, y ese es el precio que hay que pagar por un enfoque audaz e iconoclasta. El FZ93 de Zagato, que significaba "Formule Zagato 93", causó un gran revuelo: sorprendió y dividió a la opinión en su momento, con sus opciones estilísticas muy en línea con las del Testarossa. A algunos les recordaba al Corvette C4, o incluso al Honda NSX.

F1 y Aviación, las dos fuentes de inspiración

La carrocería, fabricada íntegramente en fibra de carbono, presenta un morro ligeramente hundido al estilo F1 en la parte delantera, consistente en una sección central elevada con un prominente conducto NACA. El morro desciende hasta apuntar bruscamente sobre un parachoques de una sola pieza en forma de boomerang. Este efecto distintivo se reprodujo posteriormente en modelos como el Ferrari Enzo y el Mercedes-Benz McLaren SLR. En consonancia con el espíritu de los años 80, se instalaron faros retráctiles a ambos lados del morro.

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Desde las aletas, una tensa línea separa el habitáculo de los flancos, mientras que las características branquias de tiburón del Testarossa dan paso a una doble toma de aire que recuerda a los pontones de un F1. Las aletas traseras curvadas, con su espectacular perfil, eran necesarias para adaptarse al enorme tamaño del coche básico y fueron una inspiración directa para el Enzo de 2002.

Como es habitual, Zagato equipó el FZ93 con el icónico techo de doble burbuja. El perfil cónico del habitáculo se extendía mucho más que el del 512 TR de serie y terminaba en una estructura trasera de conductos NACA invertidos que Spada integró en la luneta trasera. El difusor trasero se integraba en un panel central en forma de U invertida, a ambos lados del cual se encontraban las luces traseras ocultas tras unas aletas de lamas negras.

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¿Demasiado tuning?

El parachoques delantero, los flancos, los retrovisores exteriores, los faldones laterales, el difusor trasero y el parachoques trasero en forma de U invertida se pintaron en gris grafito para contrastar con la pintura Rosso. En cada alerón trasero se aplicó un imponente Cavallino Rampante negro. Esta presentación bicolor, con grandes caballos rampantes en los flancos, fue mal vista como un artefacto del tuning. Finalmente desaparecieron en la versión definitiva, mientras que la carrocería se pintó completamente de rojo.

El interior también cambió radicalmente, con salpicaderos de aluminio y el predominio de formas circulares para el cuentarrevoluciones y las salidas de aire, pero con una presentación poco favorecedora a la vista. Los asientos de carreras, ajustables manualmente, estaban tapizados en Alcántara gris, a juego con la parte superior del salpicadero y los reposabrazos de las puertas.

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Por último, Zagato ha optado por sustituir las llantas Speedline de serie con neumáticos Pirelli P Zero por un juego de llantas personalizadas OZ Racing de cinco radios en acabado bicolor grafito y rojo.
Sobre el papel, mejor rendimiento que el 512 TR

El motor montado en el FZ93 era una versión muy modificada de la unidad original del Testarossa. El Tipo F113, un motor de aleación de cárter seco con doble árbol de levas en cabeza plano a 180°, incorporaba cilindros revisados y culatas de cuatro válvulas rediseñadas. La cilindrada se mantuvo sin cambios en 4.942 cm3, pero la potencia máxima aumentó a 428 CV a 6.750 rpm y 490 Nm de par a 5.500 rpm. La transmisión se realizaba mediante una caja de cambios manual de cinco velocidades con nuevas relaciones, un embrague hidráulico de doble disco y un diferencial de deslizamiento limitado.

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Un 512 TR de serie pesaba 1.473 kg, pero debido a su carrocería de composite y a su interior más básico, se estimaba que el FZ93 pesaba unos 1.350 kg. Las prestaciones habrían sido ligeramente superiores a las de un modelo sin modificar, con una velocidad máxima de unos 320 km/h (frente a 313 km/h) y un tiempo de 0 a 100 de unos 4,5 segundos (frente a 4,8 segundos).

Como la mayoría de los conceptos Zagato de la era moderna, el FZ93 tuvo una acogida desigual debido a su diseño poco convencional y su estilo atípico.

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