Este californiano conduce a diario sus 3 Ferraris y ha acumulado casi un millón de kilómetros: "ha habido muchas reparaciones".

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En el mundo de FerrariEn Estados Unidos, a menudo nos encontramos con coches más limpios que un quirófano, mimados, rodeados de cordones rojos y sacados sólo para un concours d'élégance. Pero en California, un hombre está haciendo exactamente lo contrario. Kevin Enderby, antiguo ingeniero de Apple, conduce un Ferrari todos los días. Y no sólo uno: tiene un 308 GTS, un F355 GTS y un F430... todos con más de 200.000 millas en el reloj. En total, más de 600.000 millas, o casi 1 millón de kilómetros.

Tres Ferraris, una filosofía: conducir cueste lo que cueste

Foto James Lipman para Car and Driver

Enderby está convencido de una cosa: un Ferrari no se creó para dormir en un garaje. "Si no los conduces, te pierdes la mitad de la diversión", afirma. Y aplica esta filosofía al pie de la letra. Su coche más antiguo, un Ferrari 308 GTS de 1984, tiene ahora más de 241.000 millas en el reloj, probablemente un récord mundial. El F355 GTS de 1995 le sigue de cerca con más de 205.000 millas, y el F430 de 2006 tiene 202.000 millas en fotos recientes. Estos coches nunca descansan. Se pueden encontrar en la carretera de camino al trabajo, en las carreteras secundarias de California para una conducción improvisada, pero también en los circuitos de Laguna Seca, Thunderhill o Sonoma. Enderby llega incluso a reclutar a amigos para que le ayuden a conducir sus coches, de modo que ninguno de ellos permanece quieto demasiado tiempo.

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Una vida llena de incidentes, rupturas... y renacimientos

Conducir tantos Ferraris de época implica inevitablemente algunos momentos espectaculares. Y a veces dolorosos. El F430, por ejemplo, perdió su V8 original después de que una biela atravesara el bloque motor durante un día en Thunderhill. El motor fue sustituido por un V8 de otro ejemplar quemado... que sólo había recorrido 22.000 millas.

El F355, por su parte, sufrió una auténtica pesadilla en 2013. Durante el rally benéfico FOG, fue golpeado por Porsches, lanzado contra un 360 Modena, el V8 arrancado de sus soportes y la estructura aplastada. El coche fue declarado siniestro. Pero Enderby decidió salvarlo, costase lo que costase. Los paneles originales de la carrocería se conservaron y ahora adornan el techo de su garaje como trofeos de una batalla ganada.

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En cuanto al 308, ha sido reparado tantas veces que su mecánico histórico habla de él como de un niño. Desde 1990, han sido necesarias más de 1.100 horas de trabajo para mantenerlo, repararlo y mantenerlo vivo. Sólo el motor, que originalmente tenía 130.000 millas, fue sustituido finalmente por uno completamente nuevo.

Foto FCA Monterey Peninsula

El precio de la pasión sin concesiones

Cuando se le pregunta cuánto le ha costado este estilo de vida, Enderby elude sonreír. Dice que nunca ha hecho el cálculo exacto, aunque estima que todas las reparaciones de los últimos 35 años han costado varios millones de dólares. Y, sin embargo, nunca ha dudado. Para él, los recuerdos valen más que las facturas, ya se trate de un motor, una carrocería o decenas de sustituciones de piezas mecánicas. Sus tres Ferraris se han sometido a extensas restauraciones, algunas creativas, otras imposibles de calcular de antemano. Algunas piezas tuvieron que recrearse, como las válvulas reforzadas del F355. Otras se recuperaron inesperadamente, como el motor que sobrevivió a un incendio en el F430.

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Ferraris que nunca duermen

Mientras otros propietarios prefieren preservar el valor dejando descansar sus coches, Enderby sigue su camino. Sus tres Ferraris han ganado prestigiosos premios en eventos del Ferrari Club of America. Su historia le valió incluso un premio especial en 2005: el Ed Gilbertson 'Ferraris Are Meant to Be Driven Award', creado para denunciar la cultura de los Ferraris inmovilizados. Hoy, sus coches siguen circulando. Y lo más increíble es que Enderby sigue añadiendo modelos a su garaje... incluido un 488 Challenge que utiliza habitualmente en circuito. Y para los aficionados a las hazañas automovilísticas, la historia de este japonés y su Ferrari F430 a cientos de miles de kilómetros de distancia también merece una visita.


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