Más de 1.000 empleados de Ferrari recibieron un regalo típicamente británico de manos de Lewis Hamilton

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La temporada 2025 de Fórmula 1 apenas ha cerrado y ya todas las miradas están puestas en 2026. Una nueva era se vislumbra en el horizonte, con un reglamento de motores y aerodinámica completamente revisado, y en Maranello, el invierno nunca es del todo sinónimo de descanso. Y sin embargo, con la Navidad a la vuelta de la esquina.., Lewis Hamilton quiso marcar una ruptura simbólica. Pocos días después del final de su primer campeonato del mundo vestido de rojo, el siete veces campeón del mundo sorprendió a más de mil empleados de la Scuderia Ferrari con un regalo de Navidad muy especial. Un gesto discreto, sin comunicación llamativa.

Un regalo típicamente inglés

Durante su visita a la fábrica de Maranello, Lewis Hamilton no llegó con las manos vacías. Entregó personalmente a cada miembro del equipo de la Scuderia Ferrari una caja firmada por Fortnum & Mason, casa emblemática de Londres y verdadero símbolo de la tradición británica. En su interior, una selección pensada para los descansos entre dos largas jornadas de trabajo: té Breakfast Blend, galletas Lemon Curd, Tea Cookies y una caja de bombones napolitanos, tanto con leche como negros. Nada llamativo, nada lujoso en el sentido ostentoso de la palabra. Más bien un surtido sencillo, casi familiar, que evoca la calidez de un momento de respiro. Una elección que podría dirigirse a quienes viven el día a día de la Fórmula 1 lejos de los focos, entre trasnochadas, viajes incesantes y temporadas que se suceden sin verdadero respiro. Dentro de la caja hay una pequeña tarjeta, introducida en cada regalo, con una foto firmada y un mensaje escrito a mano: "Felices fiestas, de Lewis".

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Fuente fanpage.it
Fuente fanpage.it

Una amarga primera Navidad en rojo

El momento no es baladí. Lewis Hamilton acaba de concluir una difícil temporada 2025, muy por debajo de las expectativas creadas con su llegada a Ferrari. Anunciado como el "matrimonio del siglo" de la Fórmula 1, la asociación entre el piloto más laureado de la historia y la escudería más legendaria del paddock no ha dado los resultados esperados. Cero podios en Grandes Premios, una única victoria en la Carrera Sprint de China, y un SF-25 juzgado rápidamente insuficiente para rivalizar con un McLaren intocable. Muy al principio de la temporada, en abril, Ferrari tomó una importante decisión estratégica: sacrificar el desarrollo del monoplaza de 2025 para concentrar sus recursos y su presupuesto en el coche de 2026, primer representante de la nueva era técnica del deporte.

Los rumores de tensión y frustración nunca cesaron del todo, aunque fueran sistemáticamente desmentidos o minimizados por el piloto y el equipo. Hamilton tuvo que lidiar con una adaptación más compleja de lo esperado, compartiendo las dificultades con Charles Leclerc, que también se vio privado de oportunidades reales de victoria.

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Una tradición del paddock

En el paddock de la Fórmula 1, los regalos de fin de año a los equipos no son una excepción. Muchos pilotos perpetúan esta tradición, que el propio deporte destaca regularmente. Pero Lewis Hamilton siempre ha concedido especial importancia a la relación con su equipo, considerándola parte integrante de su rendimiento. Hacerlo en su primera Navidad vestido de rojo, tras una temporada complicada, refuerza la trascendencia del mensaje. El Ferrari de 2026 ya se está construyendo, tanto desde el punto de vista técnico como humano. Y en una Scuderia a menudo descrita como una "industria emocional", este tipo de gesto cuenta.


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