
El Gran Premio de Fórmula 1 Se suponía que Miami 2025 era la oportunidad de Ferrari para volver al podio. Pero al final, el Scuderia terminaron en un frustrante 7º y 8º puesto. Otra actuación mediocre, lastrada por una mala clasificación, la falta de ritmo en carrera... y, sobre todo, un enfrentamiento interno entre Lewis Hamilton y su ingeniero de carrera, que puso de manifiesto las tensiones técnicas y humanas que atravesaban el equipo.
Instrucciones de carrera que ensucian
Todo empezó en la vuelta 38, cuando Hamilton, más rápido con neumáticos medios, se quedó atascado detrás de Leclerc. "No es un buen trabajo de equipo, es todo lo que voy a decir", dijo frustrado por radio el siete veces campeón. Finalmente, Ferrari ordenó un intercambio de posiciones... demasiado tarde, según Hamilton, que no pudo adelantar a Antonelli por la sexta plaza. Y el daño ya estaba hecho: el ambiente en el cockpit se había vuelto eléctrico.
En la radio, el británico no se anduvo con rodeos: ironía mordaz, frustración palpable y sarcasmo apenas velado. Incluso llegó a preguntar si debía dejar pasar a... Carlos Sainz. Un comentario que dice mucho de su irritación.
Hamilton regaña a Vasseur tras la carrera
Al final del GP, Hamilton calmó las cosas en apariencia, pero quiso enviar un mensaje claro a su jefe, Frédéric Vasseur. "Fred entró en mi habitación. Le puse la mano en el hombro y le dije: 'Amigo, cálmate. No seas tan sensible'", declaró Hamilton a la prensa. Antes de añadir: "No voy a disculparme por ser un luchador. Sigo queriendo luchar por los podios. Y creo que algunas personas necesitan aprender a tomar decisiones más rápidamente".
Vasseur, por su parte, intentó calmar la situación: "Nunca es fácil. Pero asumimos nuestras responsabilidades. Les pedimos que hicieran el cambio, dos veces. No muchos equipos lo habrían hecho. ¿Podríamos haberlo hecho media vuelta antes? Quizá sí. Pero lo hicimos. Y entiendo la frustración de Lewis.
Ferrari: ¿mucho ruido y pocas nueces?
En la pista, McLaren completó un magistral uno-dos con Piastri por delante de Norris. Mercedes salvó el día con un podio de Russell. Verstappen, pese a lograr la pole, nunca pudo mantener el ritmo. ¿Y Ferrari? Terminó detrás del Williams de Albonet, justo por delante del Williams de Sainz. Una afrenta, sobre todo teniendo en cuenta las ambiciones declaradas de Maranello para este invierno.
Vasseur ya no oculta el problema: "Nos ha faltado rendimiento, sobre todo en la clasificación. Salimos demasiado atrás y tuvimos que sufrir. Nuestro fin de semana no fue todo por las instrucciones, pero no nos ayudaron.
Hamilton, por su parte, se mantiene combativo: "Todavía puedo sentir el fuego sagrado. No era ira, sólo frustración. Tenemos que mejorar el coche. Probaremos algo diferente para la próxima carrera".
Sir Lewis Hamilton: "Ni siquiera fue ira. No era como, joder y cegar y nada de eso. Es como, '¡toma una decisión!' Estás sentado en la silla, tienes las cosas delante de ti, toma la decisión, rápido. Así era yo. Estamos en pánico, estamos tratando... pic.twitter.com/F4BZMdVgQ7
- sim (@simsgazette) 5 de mayo de 2025
Un equipo bajo presión
Entre una jerarquía difícil de establecer, unas instrucciones que se gestionan con demasiada lentitud y una pareja de pilotos tan talentosos como ambiciosos, Ferrari parece caminar sobre la cuerda floja. Hamilton está presionando donde más duele: en la capacidad del equipo para tomar decisiones. Y aunque el tono sigue siendo discreto en público, la presión es muy real. El enfado de Lewis Hamilton recuerda al de Charles Leclerc en temporadas anteriores.