Este Alfa Romeo 8C homenajea a un gran piloto argentino (y no es Fangio)

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Officine Fioravanti hizo las delicias de los aficionados el año pasado cuando presentó su proyecto Alfa Romeo 8CM. El último deportivo de serie con motor V8 puro del Biscione, una obra de arte sobre ruedas, ¡ha sido equipado con una caja de cambios mecánica! El artesano italiano acaba de desvelar un ejemplar único de este Alfa Romeo 8CM, cuya librea rinde homenaje a un monoplaza 8C 35 de 1935 conducido por un argentino llamado Carlos Arzani. Pero, ¿quién era?

Arzani, un campeón olvidado

Nacido en Buenos Aires en 1909, Arzani procedía de una acaudalada familia argentina propietaria de una empresa de transporte público. Durante los años treinta, consiguió un total de 18 victorias en menos de 60 salidas, principalmente al volante deAlfa Romeo privado.

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En 1936, ganó el primer Gran Premio Ciudad de Buenos Aires con un 2900. En 1937, viajó a Italia para comprar un Alfa Romeo Tipo 8C-35. Después de una carrera en Nápoles, envió el coche a Sudamérica y ganó varias carreras, entre ellas el Gran Premio de la Ciudad de Necochea en 1938, carrera en la que debutó un joven de Balcarce, Juan Manuel Fangio, al volante de un Ford.

En 1939 se proclamó campeón nacional argentino de Fórmula Libre. Poco después de su última victoria en Rosario, Arzani consideró la posibilidad de regresar a Italia para disputar una temporada completa en Europa como piloto oficial de la Scuderia Ferrari, pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial puso fin a toda actividad deportiva y Arzani nunca volvió a competir.

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¡Un viaje extraño!

El Alfa Romeo Tipo 8C-35 ex Arzani, se vendió y compitió en Sudamérica hasta 1947. Entonces fue adquirido por los hermanos Pesatti, que modificaron la carrocería y la suspensión para hacerlo similar a un modelo 308. El motor original se sustituyó por un motor Alfa Marine basado en el 6C-2500, fabricado en Argentina.

El coche, bautizado "Alfa Marino", quedó sin embargo destruido en un accidente que se cobró la vida de Pablo Luis Pesatti durante una carrera en 1948. Los restos fueron comprados por Alberto Crespo, que lo reconstruyó y ganó varias carreras de Fórmula Libre a mediados de los años cincuenta. Descubierto en un estado lamentable, fue enviado a Europa en los años 80 y 90 para su restauración.

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8C-35, el italiano que quiso plantar cara a los monstruos alemanes

El 8C-35 fue la respuesta de Alfa a las Flechas de Plata de Mercedes y Auto Union que, a partir de 1934, habían empezado a dominar la escena de los grandes premios, gracias a las generosas subvenciones del régimen nazi. Desarrollado bajo la dirección técnica de Vittorio Jano, su corazón latente era un ocho cilindros en línea de 3,8 litros, una obra maestra sobrealimentada que desarrollaba unos 330 CV. Debutó en el Gran Premio de Italia de 1935, en Monza, de la mano de Nuvolari, pero fue incapaz de desafiar la supremacía alemana. La victoria más destacada del 8C35 fue la Coppa Ciano de 1936.

Una hermosa combinación de colores

Para rendir homenaje a Arzani y a su 8C, el equipo de Officine Fioravanti ha querido crear un eco visual del pasado, reinterpretado con su 8C M, que luce la misma librea que el icónico coche de carreras. El reestilizado 8C M luce su nuevo look a la perfección, mezclando el azul metalizado y el Giallo que se extiende por el capó, creando una espectacular forma de "V" que desemboca en el icónico Scudetto de Alfa Romeo.

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Puede que estos dos gigantes italianos se lleven 90 años de diferencia, pero aunque la tecnología, la seguridad y el comportamiento en carretera no tengan nada en común, el 8C35 y el 8CM comparten el mismo "cuore sportivo".


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