
En Alfa Romeo presentó sus últimos Giulia y Stelvio Quadrifoglio en edición "Collezione", muchos se fijaron primero en las fotos, los acabados y los detalles de presentación. Pero algo más llamó inmediatamente su atención: los precios. ¿Cómo explicar que un Giulia Quadrifoglio que hace unos años costaba menos de 70.000 euros supere ahora alegremente los 100.000 euros en Francia, cuando los coches, tanto en filosofía como en prestaciones, siguen siendo más o menos idénticos? Instintivamente, podríamos señalar con el dedo a Stellantis y hablar de un puro aumento de los márgenes. Pero en realidad, la mecánica es mucho más reglamentaria que comercial. Y, sobre todo, va mucho más allá de Alfa Romeo.
La norma europea que hace subir los precios
Desde 2020, los fabricantes de automóviles que operan en Europa están sujetos a la ley CAFE (Corporate Average Fuel Economy). El principio es sencillo e implacable: cada fabricante debe pagar 95 euros por gramo de CO₂ que supere un umbral fijado en 81 g/km en las ventas medias. No se trata de un impuesto que se muestre a los clientes en blanco y negro, sino de una penalización que los fabricantes integran directamente en sus tablas de precios.

Tomemos el caso del Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio. En su modelo de 2019, su precio rondaba los 83.300 euros, con unas emisiones de CO₂ de 237 g/km. En 2025, su precio de catálogo en Francia se sitúa ahora en 100.400 euros. ¿La diferencia? No se debe ni a un cambio radical de motor ni a una revolución tecnológica.
Sin embargo, el cálculo es muy sencillo: 237 gramos de CO₂, menos el umbral europeo de 81 gramos, dan 156 gramos de exceso. Multiplicando estos 156 gramos por la multa de 95 euros, llegamos a un impuesto de 14.820 euros, incorporado directamente al precio de venta. Eliminando esta cantidad, el precio "real" del coche se reduce a unos 85.580 euros. Es decir, muy cerca del precio original.
El razonamiento funciona exactamente igual con el Alfa Romeo Stelvio Quadrifoglio. En 2018, costaba unos 91.400 euros. En 2025, costará 110.900 euros. Sus emisiones alcanzan los 267 g/km, 186 gramos por encima del umbral europeo. Por tanto, la sanción del fabricante es de 17.670 euros. Una vez suprimida la penalización, el precio real también volverá a un nivel comparable al de hace unos años.
| Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio | Alfa Romeo Stelvio Quadrifoglio | |
|---|---|---|
| Lista de precios 2018 | 83 300 € | 91 400 € |
| Precio 2025 | 100 400 € | 110 900 € |
| de los cuales el impuesto CAFE | 14 820 € | 17 670 € |
| Precio 2025 sin impuestos CAFÉ | 85 580 € | 93 230 € |
Para decirlo claramente: los coches no han costado 20.000 euros. Son los impuestos los que se han llevado 20.000 euros. Y ahí no acaba la historia. Porque este impuesto invisible que paga el fabricante en el momento de la comercialización es sólo la primera capa. La segunda llega cuando se matricula el coche.
En Francia, la sanción ecológica asciende ahora a 70.000 euros para los vehículos que superen los 194 g/km de CO₂. Por tanto, en el caso de un Stelvio Quadrifoglio, el comprador francés sufre una doble penalización: unos 17.670 euros incluidos en el precio del vehículo y hasta 70.000 euros pagados de su bolsillo en el momento de la compra. Es decir, casi 88.000 euros de impuestos acumulados por un solo coche. En otras palabras, un cliente francés paga literalmente dos veces por las mismas emisiones.
Este mecanismo no sólo afecta a Alfa Romeo. Se ha extendido a toda la industria automovilística europea. Un Fiat 500 híbrido con unos 120 g de CO₂ ya lleva más de 3.700 euros de impuestos incorporados a su precio. En 2030, cuando el umbral europeo baje a 59 g/km, esta penalización aumentará a casi 5.800 euros para este coche pequeño.
En el caso de los coches excepcionales, el fenómeno es aún más brutal. Un Maserati MCPura con unas emisiones de unos 279 g/km ya conlleva una penalización de más de 18.800 euros, cifra que aumentará a más de 20.900 euros en 2030. Incluso un Alfa Romeo Junior híbrido, mucho más prudente, ya lleva unos 3.420 euros de impuestos europeos en su precio de catálogo. Y en casi todos los países europeos, estos importes se suman a los impuestos locales, ya sea en forma de deducciones por compra, recargos anuales o tasas de usuario.
Pero lo más alarmante es lo que está por venir. En 2030, el umbral europeo bajará de 81 a sólo 59 g/km. A ese nivel, incluso los coches híbridos "razonables" se verán penalizados fiscalmente. En cuanto a los deportivos de combustión, prácticamente dejarán de comercializarse como coches nuevos, a menos que podamos ofrecer motores híbridos de altas prestaciones.
La lógica es matemática. Cuanto más bajos sean los umbrales, más altos serán los precios. Los fabricantes de automóviles sólo tienen tres opciones: electrificar sus gamas a gran escala, abandonar los motores de combustión o subir los precios para absorber las penalizaciones. Esto es precisamente lo que lo que explica las dificultades para relanzar Abarth con modelos de combustión interna en Europa.Ferrari y Lamborghini comprendieron hace varios años que debían ofrecer motores híbridos enchufables en su gama. Así, sus clientes pagan menos impuestos que un cliente de Fiat 500. ¡Así que piensa en ello cuando compares los precios de los coches nuevos en el futuro!

Sí, bueno, ¡se trata de los devoradores de gasolina! El nuevo Clio y nuestro Yaris cross de 130 CV no están sujetos a esta locura fiscal. Esto demuestra que el 500 híbrido está técnicamente desfasado.
Cualquier coche que emita más de 81g y pronto emitirá 53g. De hecho, el Clio 6 emite 89g para el motor de 160 CV, lo que es excelente, y eso que sólo cuesta 760 euros de impuestos. No obstante, el artículo explica: 1- por qué han subido los precios de los coches en los últimos años. 2- la no transparencia del impuesto CAFE en el precio de venta.
Este artículo lo explica todo sobre el aumento del precio de los coches. Una doble penalización: una para el fabricante y otra para el comprador. Como resultado, los coches potentes se están volviendo demasiado caros para casi todo el mundo.
Todo lo que tienes que hacer es comprar estos coches de segunda mano, como el extraordinario Giulia Quadrifoglio o el Stelvio Quadrifoglio.
El planeta Tierra tiene 4.000 millones de años y ha sufrido multitud de cataclismos, pero sigue aquí. La humanidad sólo tiene unos miles de años, es decir, ni siquiera un día en 4.000 millones de años, y desapareceremos, pero seguirá aquí. ¡Hay que decírselo a nuestros dirigentes europeos que son ecologistas de corazón! 😂