
Algunos coches no nacen de un plan de producto, un estudio de mercado o una hoja de cálculo Excel. Nacen de un momento, un lugar y, sobre todo, una convicción. L'Alfa Romeo 33 Stradale es uno de ellos. Y todo comienza un lunes de verano, el 5 de julio de 2021, en el Museo de Arte Moderno. Alfa Romeo de Arese.
Julio de 2021: Arese, el peso del legado
Jean-Philippe Imparato recuerda bien aquel día. Nombrado Director General de Alfa Romeo unos meses antes, atravesaba un periodo intenso. La misión era clara, casi brutal: dar la vuelta a la marca, hacerla financieramente viable, reducir costes, recortar hasta el hueso. Las decisiones eran duras, la energía agotadora, y cada reunión era un recordatorio de que el futuro de Alfa Romeo estaba en juego. La visita al museo de Arese no es sólo un paréntesis. Es un recordatorio. Un recordatorio del inmenso peso que Alfa Romeo representa en la historia del automóvil. Para Imparato, esta responsabilidad es aún mayor por ser personal. En el libro dedicado al Alfa Romeo 33 Stradale, cuenta que nació en Sète, rodeado de italianos, creció entre Giulias, Alfettas, GTV y Alfasuds, y que no sólo es el jefe de una marca legendaria: también es su hijo.



Frente al 33 Stradale de 1967, la elección obvia
A medida que se avanza por las salas, los modelos van y vienen. Todos inspiran, todos cuentan la historia de una época. Pero frente al Alfa Romeo 33 Stradale de 1967, diseñado por Franco Scaglione, algo cristaliza. Este coche lo resume todo: prestaciones, innovación, pureza del gesto. Si Alfa Romeo tuviera que encarnarse en un solo coche, sería éste. No se trata de mirar atrás con nostalgia. Todo lo contrario. En la mente de Imparato, el 33 Stradale se convierte en un puente entre el pasado y el futuro. Un coche capaz de rendir homenaje a la historia y, al mismo tiempo, sentar las bases estilísticas y emocionales del Alfa Romeo del futuro. Ese día, sin plan estratégico oficial ni aprobación corporativa, nace el proyecto 33 Stradale.

"Estás loco": el decisivo encuentro con Carlos Tavares
Luego viene la etapa más difícil. Transformar una convicción íntima en un proyecto industrial dentro de Stellantis. Jean-Philippe Imparato voló a París y fue directo al grano. Le explicó a Carlos Tavares que Alfa Romeo quería crear un deportivo de producción en serie ultralimitada. No un concept car. Un coche real. Vendido a clientes reales. La reacción fue inmediata. Carlos Tavares se sorprendió. Desconcertado. Su respuesta fue directa y directa: "Estás loco". Luego, tras un significativo silencio: "Pero te escucho". La puerta no se cerró, pero se puso una condición innegociable. El coche sólo se fabricaría si se vendían por adelantado los treinta y tres ejemplares. Ningún riesgo financiero para el grupo. Sin red de seguridad.

El miedo, el contexto mundial y el coraje colectivo
De vuelta en Turín, el proyecto puede avanzar. Y con él, las dudas. El periodo era de todo menos favorable. El mundo acababa de salir de Covid-19. Estalló la guerra en Ucrania, lo que desencadenó una gran crisis en la industria de los semiconductores. No había procedimientos internos para un proyecto así. Había que inventarlo todo. La pregunta es sencilla, casi brutal: ¿es realmente posible? La respuesta viene del propio equipo. El miedo se sustituye rápidamente por el compromiso. El escepticismo externo, en particular sobre la capacidad de Alfa Romeo para vender un modelo de lujo, se convirtió en una fuerza motriz. El proyecto siguió adelante, impulsado por una pasión rara, casi militante.

Monza 2022: la venta de un coche que aún no existe
El Gran Premio de Italia de 2022 en Monza marca un punto de inflexión. Se han concertado las primeras citas con los clientes. En esta fase, el 33 Stradale sólo existe sobre el papel. Algunos renders digitales, bocetos y una promesa. Era un ejercicio peligroso. Vender un icono antes incluso de que haya tomado forma. Y sin embargo, la magia sucede. Ese fin de semana se vendieron tres coches. El resto no tardó en llegar. En sólo unos meses, los treinta y tres fueron comprados.

Dos años más tarde, en septiembre de 2024, el primer 33 Stradale rodó por la pista de Balocco. Un gran momento. No un récord, pero sí una inmensa recompensa para quienes creyeron en el proyecto desde el primer día.

Una historia de éxito industrial y emocional
Echando la vista atrás, Jean-Philippe Imparato no habla sólo de un éxito comercial. El 33 Stradale reforzó la imagen de Alfa Romeo en todo el mundo. Demostró que un gran grupo como Stellantis podía permitir que naciera dentro de su estructura un proyecto apasionado, casi artesanal. Cada chasis está parcialmente personalizado por su propietario. Cada coche es único.

Y cuando el 33 Stradale llegó al museo de Arese, la emoción era palpable. Para muchos, este proyecto seguirá siendo el trabajo de toda una vida. Una oportunidad probablemente única de contribuir a un capítulo tan importante de la historia de Alfa Romeo. Y en algún lugar entre Arese, París, Monza y Balocco, una frase quedará como el punto de inflexión de toda esta aventura: "Estás loco... pero te escucho".
