Abarth, en un punto muerto técnico sobre la vuelta a los motores de gasolina: "Los socios del club no están contentos".

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Mientras Fiat acaba de lanzar a bombo y platillo su nuevo Fiat 500 híbrido, producido en Turín, otra pregunta está en boca de todos: ¿qué será del nuevo Fiat 500 híbrido? Abarth ? La marca del escorpión, antaño símbolo de deportividad accesible y de una comunidad fiel, atraviesa desde hace dos años una crisis sin precedentes. Y las últimas declaraciones de su jefe europeo, Gaetano Thorel, sugieren un giro inesperado: un posible regreso a los motores de combustión. Un escenario inimaginable hasta hace poco, tan decidido estaba Stellantis a imponer el 100 % eléctrico.

Una estrategia eléctrica contra la realidad

No es ninguna primicia: la transición de Abarth a una gama eléctrica de 100 % ha sido un fracaso comercial. Lo documentamos a partir de julio entonces en Octubre de 2025 se han desplomado. Mientras que todavía se esperaba que la marca vendiera casi 10.000 coches en 2024, está luchando por superar la barrera de las 2.000 unidades en 2025. En Europa, sólo se matricularon 1.030 Abarth entre enero y junio, frente a los 4.867 de un año antes. Una caída de casi 80 %.

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Y este declive no ha perdonado a ningún mercado: Francia, Italia, Reino Unido, España e incluso Japón están viendo caer sus volúmenes. La situación se agrava aún más por el hecho de que los últimos Abarth térmicos (595 y 695) se retiraron del catálogo en agosto de 2024. Desde entonces, la marca sólo cuenta con los Abarth 500e y 600e, cuyos elevados precios -36.900 euros el 500e y 44.900 euros el 600e- desaniman a la mayoría de los compradores potenciales.

Malestar de los entusiastas: "Ya no podemos meter las manos en el motor".

Esta es probablemente la confesión más llamativa hecha por Gaetano Thorel al medio británico Autocar. Según él, los clientes de Abarth no se identifican con los modelos eléctricos actuales. No porque carezcan fundamentalmente de interés, sino porque ya no ofrecen lo que ha sido la esencia de la marca durante décadas: la posibilidad de modificar, optimizar y retocar.

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"Los clientes de Abarth quieren un motor de combustión, no sólo por la potencia, sino porque compran el coche y luego lo modifican ellos mismos", admite. "No podemos hacer eso con los coches eléctricos. No pueden meter las manos en el motor ni jugar con el combustible. Es una limitación, y a los clubes Abarth no les hace gracia".

Hacia un Abarth 500 híbrido... ¿o un callejón sin salida técnico?

El lanzamiento del nuevo Fiat 500 híbrido cambia las reglas del juego. Basado en una versión modificada de la plataforma del 500e, está propulsado por un pequeño motor de gasolina 1.0 atmosférico de 65 CV. No lo suficiente para entusiasmar a las multitudes, desde luego, pero sí para hacer posible la vuelta a la vida de un deportivo Abarth propulsado por combustión... en teoría.

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Y ahí es donde los comentarios de Gaetano Thorel resultan especialmente reveladores. Sí, la plataforma puede soportar más potencia. Pero no, el motor 1.0 actual nunca podrá ofrecer el carácter explosivo que esperan los aficionados. Es demasiado poco potente, demasiado lineal y demasiado modesto. También hay serias limitaciones técnicas: la plataforma del 500e se diseñó para un motor eléctrico compacto, lo que deja muy poco espacio para un motor de combustión más grande o que requiera un sistema de refrigeración mayor. Así que la ecuación técnica no es nada sencilla. Pero a pesar de estos obstáculos, el jefe de Abarth asegura que "lo estamos intentando".

¿Una vuelta a la gasolina... o un intento desesperado de salvar la marca?

Esta apertura es la primera ruptura oficial con el dogma de los 100 % eléctricos impuesto desde 2024. Demuestra que Stellantis ha comprendido que la estrategia actual conduce directamente al paredón. Ni siquiera el 600e, construido sobre una base común con el Alfa Romeo Junior Veloce, el Lancia Ypsilon HF y el Opel Mokka GSE, consigue seducir. Por tanto, la cuestión no es sólo técnica, sino estratégica: ¿sigue mereciendo la pena invertir en un nuevo Abarth de combustión, teniendo en cuenta que los volúmenes son actualmente anecdóticos? ¿Podría reintegrarse Abarth en la comunicación de Fiat en Europa, como en América Latina, donde aún sobrevive? ¿O simplemente se sacrificará la marca en una futura racionalización de Stellantis?

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El anuncio no garantiza el regreso del escorpión rugiente. Pero sí confirma que Abarth escucha por fin lo que dicen sus clientes, clubes y entusiastas. Todavía no es un renacimiento, pero quizá sea la primera grieta en un muro eléctrico que parecía infranqueable.


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